El Papa Francisco aterriza en el país más joven de Asia, desatando una ola de fervor católico jamás vista. En una visita histórica de tres días, el pontífice ha conquistado los corazones de sus 1,3 millones de habitantes, de los cuales un impactante 98% son católicos, lo que convierte al país en el segundo más devoto del mundo después del mismísimo Vaticano. ¡El mundo religioso está en vilo ante este monumental encuentro!.
La llegada del Papa ha movilizado a miles de fieles que se congregaron desde diversas ciudades y regiones, incluso cruzando la frontera desde Indonesia, para recibir al pontífice. En la capital, Dili, las calles fueron decoradas con banderas blancas y amarillas del Vaticano, y decenas de miles de personas se alinearon a lo largo de las rutas por las que Francisco sería conducido, flanqueado por un fuerte dispositivo de seguridad.
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A pesar de su agenda agotadora, que incluye una gira de 12 días por Asia-Pacífico, el Papa lucía animado al aterrizar procedente de Papúa Nueva Guinea. Saludos, sonrisas y gestos de afecto fueron su respuesta a la multitud fervorosa que buscaba un vistazo de él. Entre los fieles presentes, Nunsia Karmen Maya, de 42 años, expresó su orgullo: “Será un momento de orgullo para mí y para mi familia, y creo que también para todo el pueblo de Timor Oriental”.
La capital timorense se sumergió en preparativos intensivos para la recepción del Papa, con el aeropuerto de Dili cerrado a vuelos civiles desde hace tres días. Al llegar, Francisco, quien se desplaza en silla de ruedas, fue recibido con un pañuelo tradicional, una guardia de honor y la bienvenida del presidente José Ramos-Horta. Uno de los momentos más esperados de esta visita será la misa del martes, a la que se anticipa la asistencia de 700.000 personas.
Gira del Papa Francisco
En preparación para este evento, la ciudad ha experimentado una costosa remodelación. Sin embargo, estas mejoras no han estado exentas de controversias. Las autoridades desalojaron a vendedores ambulantes y personas sin hogar de las áreas por donde el Papa transitará, provocando críticas. Grupos de derechos humanos señalaron que algunas viviendas informales fueron demolidas, una medida que ha generado debate sobre el impacto social de la visita.
Timor Oriental, cuya independencia fue reconocida en 2002 tras una ocupación indonesia que resultó en más de 200.000 muertos, tiene una historia marcada por complejas transiciones políticas y sociales. La visita del Papa Francisco, el primero en la historia del país, pone de relieve esta dinámica. Además, el pontífice abordará temas delicados, como los escándalos de pederastia dentro de la Iglesia. En 2020, el Vaticano sancionó al obispo Carlos Belo, ganador del Nobel de la Paz en 1996, por abusar sexualmente de menores.
Este viaje, el más largo y exigente desde la elección de Francisco en 2013, no está exento de desafíos físicos para el Papa de 87 años, quien ha enfrentado recurrentes problemas de salud. No obstante, su presencia en Timor Oriental es un testimonio de su compromiso y resiliencia.
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La gira papal, que ya lo llevó a Indonesia y Papúa Nueva Guinea, concluirá el 13 de septiembre en Singapur, una ciudad-Estado con una pequeña pero significativa comunidad católica. Esta travesía, inicialmente programada para 2020 y postergada debido a la pandemia de COVID-19, es una muestra de la perseverancia del Papa argentino, quien incluso tras haber recibido una importante operación abdominal y superar una gripe en noviembre, continúa adelante con su misión pastoral.
En resumen, la visita del Papa Francisco a Timor Oriental no solo es un evento de fe y devoción, sino también un reflejo de la capacidad del pontífice para inspirar y movilizar a una comunidad que ha vivido tiempos de gran adversidad y transformación.