En un giro inesperado durante un vuelo nocturno con destino a Medellín el pasado 8 de enero, el ambiente se tensó notablemente. Daniel Quintero, exalcalde de la ciudad, junto a su esposa, Diana Osorio, se convirtieron en el foco de un tumultuoso intercambio de palabras, enfrentándose a una serie de acusaciones por parte de otros viajeros del avión. La contienda verbal, que se extendió por aproximadamente 20 minutos, inició cuando Quintero fue reconocido por pasajeros, quienes no tardaron en expresar su descontento mediante adjetivos contundentes como “delincuente” y “ladrón”.
La pareja no dudó en responder a las provocaciones. Quintero capturó el momento en video, argumentando que la hostilidad provenía de aquellos a los que él había obstruido actos de corrupción, mientras que Osorio, con ironía, enmarcó a los atacantes como la “gente bonita” y “educada”. La discusión se agravó con críticas a su gestión, frente a las cuales el exalcalde defendió su administración, enfatizando en la reducción de índices de inseguridad y reivindicándose como un servidor público ejemplar para Medellín.
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Este suceso no es un episodio aislado en la historia reciente de Quintero. En otros contextos, como eventos deportivos y durante campañas políticas, ha enfrentado situaciones similares. Un ejemplo relevante fue el altercado con un comerciante que, en un acto de aparente imprudencia, casi provoca un accidente con su vehículo, justo cuando Quintero promocionaba a otro candidato político.
Este reciente enfrentamiento entre pasajeros y el exfuncionario pone de manifiesto la polarización política que se vive en algunas regiones del país. A pesar del calor del momento, un auxiliar de vuelo intervino para calmar los ánimos y proceder con el vuelo, que se había visto levemente demorado debido al intercambio de reproches.
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