En un giro de eventos inesperado, el martes 27 de febrero de 2024, se registró un incidente en la obra de construcción del puente situado en la intersección de la Calle 100 con Avenida Suba, un sector estratégico en el noroccidente de la capital colombiana, Bogotá. El suceso, que podría haber tenido consecuencias graves, resultó sin lesiones personales, según los primeros informes.
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La estructura que está siendo edificada como parte fundamental de los esfuerzos por mejorar la infraestructura vial en la ciudad y facilitar el acceso a la primera línea del Metro de Bogotá, así como a la troncal de TransMilenio en la Avenida 68, experimentó una falla. Durante el proceso de desmonte de la formaleta —un componente utilizado en la fundición del concreto—, se presentó un desbalance que condujo al colapso parcial de esta sección del proyecto.
El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), entidad encargada de la supervisión de la construcción, proporcionó detalles acerca del incidente. La alerta se dio cuando, en un procedimiento de rutina para el traslado de la formaleta al lado opuesto de la construcción, uno de los lados descendió a una velocidad inesperada, provocando la caída. Sin embargo, es importante destacar que la estructura principal del puente no sufrió daños, y no se reportaron heridos.
Orlando Molano, director del IDU, aseguró a la comunidad y a los medios que la integridad de la obra permanece intacta y que las acciones correctivas se están implementando de manera inmediata para no solo asegurar la continuidad de la construcción sino también para acelerar el cronograma previsto. El enfoque está en revisar y fortalecer los procedimientos para evitar futuros incidentes.
El IDU, junto con el contratista y la interventoría, está evaluando de cerca el avance de la obra y las medidas a seguir para garantizar la seguridad y eficiencia del proyecto. Este incidente, a pesar de no tener consecuencias lamentables, resalta la importancia de la rigurosidad en los estándares de seguridad en las obras de gran envergadura.
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