El sur de Bogotá se ve nuevamente afectado por un fuerte incendio forestal, generando preocupación entre los residentes de la localidad de Bosa, los hechos se presentaron en la mañana de miércoles en e el predio Gibraltar. Esta emergencia se produce apenas una semana después de que la zona estuviera envuelta en humo, evidenciando la gravedad de la situación.
Incendio forestal en la localidad de Bosa-Porvenir
En esta ocasión, el foco del incendio se encuentra en las proximidades de la carrera 97c con calle 49 sur, lo que ha llevado a los habitantes de las zonas residenciales circundantes a evacuar sus hogares.
Según testimonios, el humo es tan denso que incluso dentro de las casas se dificulta la respiración.
El Cuerpo de Bomberos, con la participación de unidades de Bosa, Kennedy, Fontibón y Venecia, se encuentra trabajando arduamente para contener las llamas.
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Esta es la cuarta emergencia de este tipo que se presenta en la última semana, lo que refleja la magnitud del desafío al que se enfrentan las autoridades.
La situación se ha agravado al punto de que incluso los colegios de la zona han debido ser evacuados, afectando el desarrollo normal de las clases.
El Colegio Soledad Acosta es uno de los afectados, con el 100% de sus estudiantes evacuados por precaución.
Estos incendios forestales han sido recurrentes en Bosa durante el mes de marzo. Desde el pasado domingo 10 de marzo, la localidad ha sido testigo de varios puntos de llamas, comprometiendo la calidad del aire y la seguridad de los residentes.
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El contexto se ve marcado por el reciente levantamiento del estado de alerta ambiental por parte del Distrito, tras los incendios del 5 de marzo, que afectaron considerablemente varias localidades de Bogotá.
Sin embargo, la persistencia de estos eventos revela la urgencia de abordar las causas subyacentes de estas emergencias, especialmente considerando las condiciones climáticas secas asociadas con el fenómeno de El Niño.
Aunque las autoridades aún no han establecido las causas precisas de estos incendios, se presume que actividades humanas podrían haber contribuido a su propagación en áreas de densa vegetación y ecosistemas protegidos. La comunidad y las autoridades locales permanecen alerta ante cualquier desarrollo adicional.
