En una movida estratégica para fortalecer la economía de la capital colombiana, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha puesto en marcha un ambicioso plan de austeridad. El decreto firmado por el alcalde no es simplemente una medida de recorte, sino un plan integral que reorienta el gasto público hacia una gestión más eficiente y responsable.
Bajo este nuevo esquema, las entidades y organismos del Distrito están obligados a implementar estrategias concretas para racionalizar sus gastos. La iniciativa se extiende no solo a la revisión de las estructuras organizativas existentes y la modificación de las plantas de personal con viabilidad demostrada, sino que también abarca acuerdos sindicales preexistentes, sujetos a estudio técnico y presupuestal.
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Es importante resaltar que este decreto no solo busca un ahorro inmediato, sino que establece políticas con miras al futuro. Por ejemplo, se ha fijado como meta un ahorro mínimo del 10% en la contratación de servicios profesionales y de apoyo a la gestión para el año 2024, comparado con el gasto realizado el año anterior. Esta medida apunta a una mayor eficiencia operativa y al uso óptimo de los recursos humanos en la administración pública.
En situaciones excepcionales que ameriten un incremento del gasto, como eventos de fuerza mayor, será responsabilidad de los secretarios cabeza de sector justificar y solicitar la aprobación del Confis, asegurándose de cumplir con todas las normativas presupuestarias vigentes.
En línea con esta política de contención del gasto, se ha establecido una prohibición para renovar o adquirir dispositivos móviles y sus respectivos planes, exceptuando aquellos esenciales para la atención al ciudadano. Además, el mantenimiento del parque automotor se llevará a cabo siguiendo un plan programado riguroso que buscará eficiencia y economía en su ejecución.
Todas estas medidas se enmarcan en el contexto financiero actual de Bogotá, destacando un endeudamiento que alcanza los $9,3 billones. Aunque para 2024 se dispone de un presupuesto de $33,2 billones, la secretaria distrital de Hacienda, Ana María Cadena, resalta que la implementación de estas prácticas de austeridad no compromete la solidez financiera de la ciudad, ni la ejecución del Plan de Desarrollo. Cadena asegura que, a pesar de la deuda, las finanzas de la ciudad están manejadas con prudencia, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad a largo plazo.
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