La crisis en la salud se agudiza, luego que en Bogotá se evidenciara el incremento en la sobreocupación en hospitales de la capital de la República.
Actualmente, Bogotá enfrenta una creciente crisis en el sistema de salud, con hospitales y clínicas que registran una sobreocupación que supera el 300%, según un informe emitido por la Personería Distrital.
El Hospital Occidente de Kennedy encabeza la lista de instituciones con mayor sobreocupación, alcanzando un 321%.
Le siguen la USS Ambulatoria de Tunjuelito con un 120%, el Policlínico de Olaya con un 197% y el Hospital Universitario Mayor de Méredi con un 192%.
Sobreocupación en hospitales de Bogotá
Tras esta alarmante situación, se realizaron recorridos en varios centros médicos, donde constataron que las personas permanecen en las salas de urgencias durante más de un día. Los ciudadanos han expresado su inconformidad debido a las demoras en la atención.
“En algunos hospitales son demasiado lentos y poco eficientes. A veces, la actitud de los funcionarios es indiferente, y también hay una escasez de médicos” afirmó Carol Sánchez, familiar de un paciente.
Así las cosas, la Personería reveló que el 40% de las instituciones con sobreocupación son de carácter público, mientras que el 80% son privadas.
“Este fenómeno se produce principalmente en entidades de alta complejidad, donde la ocupación alcanza alrededor del 187%.
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La demanda es aún mayor
En las instituciones privadas, la demanda es aún mayor, ya que los ciudadanos prefieren acudir a estos centros”, afirmó, Luis Alejandro Moscoso, personero delegado para la salud.
Sobre el tiempo de espera en las salas de urgencia el personero señaló que también es muy amplio.
“Para las personas clasificadas como triage 3, es decir, las menos graves, los tiempos de espera pueden superar una o dos horas e incluso ser mucho más prolongados”, dijo.
La situación descrita en el informe de la Personería Distrital refleja una crisis alarmante en el sistema de salud de la capital.
La sobreocupación de los hospitales y clínicas pone en riesgo la calidad de atención y pone en peligro la vida de los pacientes.
Falta de recursos y personal
Es preocupante que la atención médica se vea afectada por la falta de recursos y personal en los centros de salud.
La escasez de médicos y el tiempo prolongado de espera en las salas de urgencias son indicadores claros de la precariedad del sistema.
Los ciudadanos que acuden a los hospitales y clínicas en busca de atención médica se enfrentan a una situación desalentadora.
Además de las largas esperas, también se enfrentan a la indiferencia de algunos funcionarios y a la falta de eficiencia en los procedimientos.
Es importante destacar que esta crisis no afecta solo a las instituciones de salud pública, sino también a las privadas.
Una mejor calidad de servicio
La alta demanda en las instituciones privadas demuestra una falta de confianza en el sistema público y una preferencia por buscar atención en lugares con una mejor calidad de servicio.
Ante esta situación, es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para abordar la crisis en el sistema de salud de la ciudad.
Se requiere una mayor inversión en infraestructura y recursos humanos, así como una planificación estratégica para garantizar una atención médica oportuna y de calidad.
Además, es necesario fortalecer los mecanismos de control y supervisión para garantizar que los centros de salud cumplan con los estándares de atención establecidos.
Esto incluye la capacitación y formación continua del personal de salud, así como la implementación de sistemas de gestión eficientes.
Derechos en materia de salud
La participación de la comunidad es esencial en este proceso. Los ciudadanos deben estar informados sobre sus derechos en materia de salud y deben ser empoderados para exigir una atención de calidad.
Asimismo, es importante fomentar la cultura de la prevención y promover estilos de vida saludables para reducir la demanda de atención médica.
Es fundamental que las autoridades, tanto a nivel local como nacional, reconozcan la gravedad de la situación y asignen los recursos necesarios para resolver esta crisis.
La salud es un derecho fundamental de todos los ciudadanos y no puede ser comprometida por deficiencias en el sistema.
