En el marcado contraste entre el anhelo de un techo propio y la cruda realidad de la ilegalidad, Ciudad Bolívar es escenario de una persistente lucha contra el fenómeno de los 'tierreros'. Criminales que se camuflan tras la promesa de entregar un hogar son enfrentados por autoridades decididas a proteger tanto a los ciudadanos como al medio ambiente.
La vereda Quiba, en la localidad 19, fue el último frente de batalla en esta guerra sin tregua contra la estafa inmobiliaria. La operación, resultado del trabajo conjunto de la Policía de Bogotá y el Comando Ambiental de la Secretaría de Seguridad, condujo al decomiso de materiales de construcción y dispositivos para instalar redes eléctricas subrepticias. La intervención reveló no solo la ilegalidad palpable en la fracción y venta de los terrenos, sino también el peligro implícito, ya que estas construcciones se asientan en terrenos con alto valor ecológico y riesgos latentes para sus ocupantes.
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Los 'tierreros', con sus engaños habilidosos, han encontrado un mercado en aquellos que anhelan una vivienda propia, pero que desconocen las trampas legales y los peligros físicos de estos lotes. Según Óscar Gómez Heredia, secretario de Seguridad, la misión es doble: evitar la estafa y salvar vidas. Resaltó la importancia de la diligencia en el proceso de compra y reiteró su advertencia a los posibles compradores para que validen la legalidad de los predios antes de cualquier transacción.
Bajo la campaña 'Que no te pinten casas en el aire', la administración distrital ha intensificado las acciones para abolir estas prácticas fraudulentas. El mensaje es claro: el sueño de la casa propia no debe construirse sobre cimientos ilegales y peligrosos.
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