El demasiado habitual acto de colarse en las estaciones y portales de Transmilenio en Bogotá ha llevado a la empresa a redoblar esfuerzos y desplegar un nuevo enfoque en seguridad. Las evasiones de tarifa, que no solo representan una pérdida económica sino también un peligro para quienes las practican y para el resto de usuarios, han motivado un replanteamiento en las tácticas de control dentro del sistema de transporte masivo más importante de la capital colombiana.
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En una reciente comunicación a través de la red social X, la cual ha tomado el relevo de Twitter como plataforma de anuncios institucionales, Transmilenio reveló su plan denominado "seguridad reforzada". La estrategia apunta a una presencia más marcada y disuasiva en puntos críticos del sistema, implicando la inclusión de 500 efectivos adicionales para vigilar las instalaciones. La empresa se ha comprometido no sólo a combatir la evasión del pasaje, sino también a mejorar las condiciones de seguridad general.
El inesperado impulso para la aplicar la medida vino tras incidentes preocupantes, incluido el de un joven que escaló más de tres metros en un intento por ingresar al sistema sin abonar la tarifa. Tales actos de temeridad han encendido las alarmas sobre los riesgos asociados a la evasión.
Para Transmilenio, este refuerzo en seguridad no solo se orienta a disminuir la evasión, sino también a hacer frente a otros episodios de inseguridad que últimamente han afectado a los usuarios, como fue el caso de un sujeto sorprendido en medio de un intento de robo. Con la nueva configuración de su esquema de seguridad, la entidad busca restaurar la tranquilidad en el viaje cotidiano de miles de bogotanos.
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