En una maniobra política que sorprendió a más de uno, Rolando González de Cambio Radical asumió como primer vicepresidente del Concejo de Bogotá, en el contexto de una renovada mesa directiva que se distanció de las expectativas del Pacto Histórico, ahora en oposición. La acción política no descansa, ni siquiera durante las festividades de Año Nuevo, reflejando el dinamismo de la capital colombiana, donde la política y estrategia se entretejen para definir quienes tomarán las riendas de la administración local.
Con la fecha de inicio del periodo marcada por coincidir con el primer día del año, los concejales de Bogotá no perdieron tiempo para definir sus roles dentro del Concejo. La ceremonia de elección de la mesa directiva fue el escenario de la primera controversia en la que se vieron envueltos los concejales, algunos recién llegados y otros ya conocidos en el tablado político.
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La elección transcurrió sin mayores contratiempos, excepto en la disputa por el segundo cargo más importante del Concejo. Inesperadamente, el lugar que teóricamente estaba destinado para el representante del Pacto Histórico, Ana Teresa Bernal, fue otorgado a Rolando González. La explicación oficial señaló la falta de notificación de oposición por parte de todas las bancadas integrantes del Pacto Histórico al Consejo Nacional Electoral, un tecnicismo que inclinó la balanza en favor de González.
El desenlace de la votación mostró un marcado apoyo a González por parte de los miembros de la Alianza Verde, con la notable excepción de Julián Triana, quien enfatizó el debate político por sobre el jurídico defendiendo el Estatuto de la Oposición.
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