La tranquilidad del barrio Santa Isabel en Bogotá fue interrumpida por un suceso que ha consternado a la comunidad: la muerte de Daira Alzate, una joven madre de 28 años, quien fue víctima de un acto de violencia mortal presuntamente a manos de su pareja el pasado 7 de noviembre. Los detalles del incidente emergen a la luz mientras la ciudad procesa el impacto de este suceso.
En un relato desgarrador proporcionado por familiares de la difunta a medios de comunicación, se reveló que los hijos de Daira, de nueve y cinco años, estuvieron presentes en el hogar durante el incidente, sumiendo a la familia en una profunda tristeza y angustia. “Mis sobrinos escucharon todo”, informó Diego Alzate, hermano de la víctima, ilustrando la magnitud de la tragedia que también ha dejado huellas psicológicas en los menores.
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La escena del crimen fue descrita como una habitación donde los niños, ubicados en una adyacente, se convirtieron en los inadvertidos testigos audibles de la tragedia. La inacción duró aproximadamente cuatro horas antes de que se diera la alarma. “La única persona que escuchó todo lo que pasó fue mi sobrinito”, dijo Diego, destacando la soledad y el trauma enfrentados por el joven testigo.
El hallazgo se produjo a la mañana siguiente, cuando el hijo mayor de Daira descubrió a su madre y pidió la ayuda de su abuela, Olga Lucía. La emergencia se convirtió en duelo cuando la familia confirmó lo peor. En un momento de vulnerabilidad, la asistencia inicial consistió en el apoyo de dos psicólogas. “Me llamaron que me ofrecían una abogada, pero yo estaba aturdida," comunicó Lucía, reflejando la confusión y la pérdida que acompaña a momentos tan catastróficos.
La investigación oficial en curso ha dejado a la familia sin respuestas definitivas sobre el presunto agresor. La falta de comunicación de las autoridades y la ausencia de avances han intensificado la frustración que sienten: “No me han comunicado nada. Esperando a ver que lo agarren porque tienen datos, pero no nos han informado nada”, expresó la madre de Daira. Asimismo, los intentos de obtener información o apoyo adicional de las secretarías de la Mujer y de Seguridad no han sido fructíferos, según relatos de Diego.
Ante la desesperación, Diego Alzate hace un llamado urgente a agilizar el proceso de justicia, sustentado en el testimonio del joven testigo. La comunidad espera acciones concretas y eficaces por parte de las autoridades para brindar justicia y soporte a la familia afectada. Mientras tanto, el duelo y la demanda de justicia por Daira Alzate resuenan en el barrio Santa Isabel y más allá, en espera de respuestas y medidas que prevengan futuras tragedias.
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