Contrario a las tendencias difundidas en redes sociales que proclaman un escenario crítico en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de Bogotá a raíz de la aparición del linaje JN.1 de COVID-19, datos suministrados por el Ministerio de Salud y la Secretaría Distrital de Salud ofrecen una visión alternativa y precisa de la situación actual. Las cifras presentan una realidad distinta, con una ocupación UCI que, a pesar de estar sobre el 60% en general, muestra una incidencia mínima del COVID-19 en el uso de estas camas críticas.
A 8 de enero, la ocupación de camas UCI pediátricas en la capital colombiana alcanza el 65.4% (587 de 896 disponibles). Dentro de este porcentaje, apenas el 3.06% corresponde a casos de COVID-19, sumando 18 pacientes entre confirmados y sospechosos. Estos datos desmienten la percepción de una ocupación abrumadora por casos del virus.
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En cuanto a las camas UCI para adultos, la claridad es mayor: de las 7.510 disponibles, un 67% se encuentra en uso, resaltando que solo el 0.52% de las camas ocupadas atienden a pacientes con COVID-19, equivalente a 26 casos. Con 2.500 camas todavía libres, Bogotá muestra un margen razonable para atender eventuales incrementos en la demanda.
La situación de las UCI en Bogotá sigue esta tendencia. Con 1.200 camas en total y solo el 3.8% asignadas para COVID-19 (45 camas), de las cuales 38 están ocupadas, el porcentaje de utilización es del 84%. A pesar de que a primera vista este número pueda parecer alto, la Secretaría Distrital de Salud ha comunicado que ha prevalecido una estabilidad en la ocupación de las UCI en meses recientes, asegurando una capacidad de respuesta adecuada.
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