En una apuesta por la sostenibilidad y la autosuficiencia, Colombia ha iniciado dos proyectos pioneros bajo el programa 'Comunidades Energéticas', promovido por el Ministerio de Minas y Energía. Esta iniciativa ha visto la luz en Cartagena y la Alta Guajira, donde las comunidades locales han comenzado a generar su propia energía a través de fuentes renovables, marcando un hito en la transición energética del país.
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Las 'Comunidades Energéticas' se basan en una sinergia única entre la capacidad organizacional propia de las comunidades en zonas no interconectadas y el amplio potencial de Colombia en la generación de energía renovable. Este programa no solo busca la autosuficiencia energética, sino que también tiene como objetivo la descarbonización y la reducción de la dependencia de combustibles fósiles.
El viceministro de Minas y Energía, Javier Campillo Jiménez, destacó el compromiso del gobierno con estas comunidades, garantizando que la nueva infraestructura energética no solo sea operativa sino también benéfica para los habitantes. A día de hoy, más de 12.000 comunidades han presentado proyectos para generar su propia energía renovable, evidenciando el interés y la capacidad de autoproducción energética a nivel nacional.
Además, el programa es respaldado por fondos del Ministerio de Minas y Energía, superiores a 5,6 billones de pesos, destinados a subsidios, capacitaciones y mejoras en la infraestructura energética de estas comunidades.
La implementación del programa sigue una estructura en tres fases: postulación, evaluación y ejecución. La primera fase valida la existencia y operatividad de las comunidades, la segunda revisa las características de los proyectos para identificar aquellos con mayor cohesión social y madurez en la gobernanza, y la tercera ejecuta el proyecto ajustándose a las necesidades específicas de cada comunidad, complementado con un proceso de formación de seis meses.
Con estas acciones, Colombia se posiciona no solo como un líder en la adopción de energías renovables, sino también en el desarrollo de tecnologías limpias, desde la energía solar hasta el hidrógeno verde. Este enfoque no solo promueve la transición hacia una economía menos dependiente de los combustibles fósiles, sino que también abre un mercado para el desarrollo de nuevas tecnologías y la electrificación del transporte.
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