A partir del 1 de noviembre, los colombianos pagarán un impuesto adicional al comprar productos como: papas fritas en paquetes, galletas, gaseosas, dulces, golosinas, etc. Esto debido al denominado impuesto saludable establecido por el Gobierno Nacional. El presidente Gustavo Petro justifica que esta medida más allá de recoger dinero busca reducir el riesgo de enfermedades crónicas en la población.
Impuesto saludable
Desde el 1 de noviembre de 2023, se ha experimentado un aumento en los precios de los productos conocidos popularmente como "mecato" en pequeños establecimientos locales y tiendas de comestibles en todo el país, esto debido al impuesto saludable impulsado por el Gobierno nacional.
La medida, conocida como la ley de comida chatarra o impuesto saludable, ha generado un acalorado debate entre la población colombiana. Sin embargo, el presidente Gustavo Petro se ha posicionado en defensa de esta reforma tributaria que busca abordar los problemas de salud relacionados con alimentos ultraprocesados.
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Expertos consultados por el diario El País han catalogado este impuesto como una de las medidas más ambiciosas adoptadas en América Latina en materia de salud pública.
Mientras otros países han optado por regular la publicidad en horarios familiares o imponer impuestos a las bebidas azucaradas, Colombia ha decidido abordar directamente la problemática de los alimentos ultraprocesados.
La iniciativa, impulsada por colectivos de la sociedad civil y parte de la reforma tributaria liderada por el presidente Gustavo Petro, busca gravar con un impuesto del 10% a una serie de alimentos y preparaciones como papas fritas de paquete, galletas, gaseosas, jugos en caja, ponqués y confitería.
El objetivo principal de esta medida es incentivar la adopción de hábitos alimenticios más saludables y reducir el consumo de productos perjudiciales para la salud.
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Aunque la implementación de este impuesto ha generado controversia, el presidente Petro ha defendido enérgicamente la medida, argumentando que su objetivo es promover una alimentación más saludable y mejorar la salud de la población colombiana.
Además, se espera que este impuesto contribuya a reducir los costos de atención médica relacionados con enfermedades crónicas, alentando a los colombianos a optar por alimentos más saludables y nutritivos.
Es importante destacar que políticos de oposición, como el representante a la Cámara Miguel Polo Polo y la senadora María Fernanda Cabal, han expresado su desacuerdo con esta medida, argumentando que representa un ataque a los empresarios y un golpe al bolsillo de los colombianos.
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Sin embargo, defensores de la salud pública consideran que esta ley de comida chatarra es un paso positivo hacia la reducción de los problemas de salud relacionados con la alimentación y la promoción de un estilo de vida más saludable en Colombia.
