En un histórico paso hacia la equidad y el progreso rural en Colombia, 149 familias de San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá, han recibido la titularidad oficial de 4.331 hectáreas de terreno, en lo que constituye un hecho sin precedentes en la implementación de la reforma agraria en la región. La ceremonia de entrega, promovida por la Agencia Nacional de Tierras (ANT) bajo la administración del Gobierno del Cambio, marca una era de transformaciones en el sector agropecuario, y se alinea con los principios de justicia social y desarrollo sostenible preconizados por el presidente Gustavo Petro.
El impacto de este acto no se limita a la consolidación de la propiedad agraria, sino que expande su significancia al fortalecimiento de una economía campesina resiliente. Los 151 títulos de propiedad representan mucho más que documentos legales; simbolizan la culminación de los esfuerzos de hombres y mujeres, 66 y 85 respectivamente, que se han forjado como pilares de la comunidad y ahora ven sus nombres reflejados como legítimos propietarios de la tierra que cultivan.
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La iniciativa, apoyada en la sinergia con la Unión Europea, responde a la necesidad de otorgar seguridad jurídica a las familias en regiones históricamente afectadas por el conflicto, encaminándose hacia la paz y la estabilidad. La ANT resalta que esta entrega de títulos se alinea con el primer punto del Acuerdo de Paz sobre reforma rural integral, un pacto que busca cerrar las brechas entre el campo y la ciudad y promover la inclusión.
Los beneficiarios son parte de la Zona de Reserva Campesina (ZRC) Cuenca del Río Pato y Valle de Balsillas, ahora fortalecida por la política Tierras y Territorios Sostenibles por la Paz. Esta política ha permitido que, durante el mandato del presidente Petro, se hayan formalizado más de 1.7 millones de hectáreas, reflejando el compromiso gubernamental con la reforma agraria y la dignificación del campesinado colombiano.
Entre las historias que se entrelazan con esta noticia se encuentra la de Luis Felipe Cadena, quien desde la vereda Rovira ha dedicado más de cuatro décadas a la producción de café, fríjol, plátano, miel y hortalizas. Él, al igual que muchos campesinos de las 27 veredas de la ZRC Pato-Balsillas, ha esperado con paciencia la oportunidad de reclamar legalmente la tierra que ha trabajado con perseverancia. Hoy, gracias a la visión del actual Gobierno, los sueños de Cadena y sus vecinos se materializan en escrituras que atestiguan su pertenencia y arraigo.
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