El escenario energético en Colombia enfrenta una paradoja climática: el fenómeno de El Niño, conocido por elevar las temperaturas, está ejerciendo presión en la cadena de producción hidroeléctrica que sustenta dos tercios del suministro eléctrico nacional. A pesar de la ausencia de dichas condiciones climáticas en el último año y medio, una significativa alza del 30% en las facturas de luz ha impactado a los colombianos, especialmente en zonas del Caribe.
La dinámica de precios de la electricidad se revela como un impulsor fundamental de la tasa inflacionaria del país, secundando a sectores como el de transporte, que son afectados por el incremento en los costos del combustible. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) apunta a un crecimiento anual superior al 20% en los gastos de electricidad durante el año 2023, y resalta su papel predominante en la escalada del Índice de Precios al Consumidor (IPC) entre noviembre y diciembre del mismo año.
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Ante el presagio del IDEAM sobre la extensión del fenómeno de El Niño hasta la segunda mitad de 2024, surge la incertidumbre respecto al comportamiento futuro de las tarifas energéticas. En contraposición a la inquietud manifestada, el ministro de Minas, Andrés Camacho, ha declarado que las tarifas se mantendrán estables por el momento, a pesar de anticipar que febrero podría presentar los mayores desafíos.
El señor Camacho, en conversación con Blu Radio, compartió que el sistema eléctrico colombiano se adentra en un periodo de tensión, pero debido a la estabilización del precio de la energía en la bolsa y a las medidas preventivas adoptadas, se puede asegurar que la seguridad energética del país no se verá comprometida en el corto plazo. Estas previsiones, según el análisis de las reservas de los embalses y del sistema energético nacional, confirman la capacidad de responder a la demanda de electricidad en el inminente futuro.
Persisten, no obstante, las quejas por parte de los consumidores, en particular aquellos de la región Caribe, quienes denuncian que los incrementos tarifarios han sido una forma de compensar las denominadas “pérdidas técnicas y no técnicas” de las empresas suministradoras. Frente a esta problemática y las protestas de los líderes caribeños, el ministro ha reconocido los esfuerzos del Gobierno para evitar la traslación de tales ineficiencias a los usuarios finales.
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