La Procuraduría General de la Nación ha impuesto una severa sanción de destitución e inhabilidad por 18 años al Capitán Jorge Isaac Aguilar García, de la Policía Nacional, tras hallarlo responsable de manipular operativos para permitir el tránsito de sustancias ilegales y dinero en efectivo. Este caso ha desvelado no solo un acto de corrupción individual, sino que también pone de relieve las vulnerabilidades del sistema de vigilancia y las tareas pendientes en la lucha contra el narcotráfico.
En detalles de la acción indebida, el capitán Aguilar estuvo involucrado en la gestión del paso de 446 kilos de clorhidrato de cocaína con un valor estimado que supera los $5.000 millones. Las investigaciones también determinaron su implicación en el traslado de más de $100 millones, incautados en Providencia el 23 de mayo de 2021.
El modus operandi descrito por la Procuraduría evidencia un esquema de corrupción y engaño. Aguilar viajó a la isla con el objetivo de facilitar la recepción de la droga y el dinero procedentes de Bogotá. En su estrategia, caracterizó falsamente el vuelo implicado como portador de ayudas humanitarias, todo esto sucediendo en el aeropuerto El Embrujo de Providencia.
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El capitán Aguilar ejerció presión sobre un subordinado para evadir las inspecciones regulares que hubieran llevado al descubrimiento del cargamento ilícito. Las pruebas incluyen registros de llamadas y mensajes que demuestran la coacción ejercida por el capitán para que el oficial a cargo omitiera realizar las medidas de control necesarias.
La Sala Disciplinaria Ordinaria de Juzgamiento determinó que Aguilar pretendió aprovechar su rango para eludir responsabilidades y obligaciones, degradando el honor y la confianza depositados en él por la institución y la sociedad. El intento de implicar a otros oficiales en estas prácticas corruptas agrava la severidad de su falta.
Es pertinente recalcar que la droga decomisada tenía como destino final los mercados de narcotráfico de Centroamérica y Norteamérica. La aeronave involucrada tenía una cobertura de avioneta de ayuda humanitaria y estaba vinculada a una empresa propiedad del esposo de la reconocida comediante Alejandra Azcárate.
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