El amanecer de un 2023 donde los sueños de erradicar la violencia de género se vieron truncados en la segunda quincena de enero. La Fiscalía de Colombia, en una desafortunada constatación, abría un expediente de feminicidio apenas 15 días después del inicio del nuevo año. La víctima fue Yared Pomares Bello, joven estilista de 24 años de Cartagena, cuya vida fue arrebatada por su pareja. Sus familiares, entre lamentos y consternación, afirmaron: “Está en las grabaciones, él la asesinó”, haciendo referencia a las cámaras de seguridad que registraron la tragedia.
La siguiente semana, el 23 de enero, un indigente en Bogotá hizo un hallazgo macabro junto a un contenedor de basura. Dentro de una maleta se encontró el cuerpo de Valentina Trespalacios, una prominente DJ de apenas 23 años. John Poulos, su pareja, fue apresado en Panamá y podría enfrentar una sentencia de hasta 50 años por los cargos de feminicidio agravado y ocultamiento de pruebas.
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Estos casos, lejos de ser aislados, forman parte de los 354 feminicidios registrados por el Observatorio Colombiano de Feminicidios durante 2023. Junto con agresiones que conforman la violencia de género contra mujeres y la población LGBTIQ+, esta cifra posiciona a Colombia en el tercer lugar dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en cuanto a mayores índices de violencia de género en los primeros seis meses del año.
El Observatorio de Feminicidios expone un crecimiento alarmante de este delito en el país. Este fenómeno ha cobrado la vida de más de 3.101 mujeres desde el 2015, año en que la Ley Rosa Elvira Cely promulgada el 6 de julio tipificó el feminicidio como un delito autónomo.
A diferencia de un homicidio, que conlleva una condena de entre 13 y 25 años de prisión, el feminicidio se castiga con penas que varían entre los 20 y 40 años de cárcel.
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