En un giro desafortunado de los eventos cotidianos, el jardín infantil Celmira Mejía ha sido el epicentro de una grave intoxicación masiva que ha conmocionado al municipio de La Tebaida, en Quindío. Un grupo de 73 infantes, con edades que oscilan entre los 4 y 6 años, se vieron sorprendidos por una serie de síntomas alarmantes tras su jornada en la institución, gestionada por el Icbf.
Las manifestaciones clínicas de vómito y dolor estomacal no dieron tregua, lo que llevó al inmediato traslado de los menores al hospital local Pio X. La rápida respuesta del cuerpo médico y la proximidad del jardín al centro hospitalario jugaron un papel crucial en la atención de los pequeños, según declara el gerente del hospital, Leonardo Quiceno.
El secretario de Gobierno local, Jhonatan Gualdrón, ha confirmado que las autoridades están investigando las causas de la intoxicación, en la búsqueda de respuestas para evitar futuros incidentes.
A pesar de la gravedad de la situación, las actualizaciones médicas revelan desenlaces positivos para todos los niños afectados, ninguno de los cuales requirió ser trasladado a centros de salud de mayor complejidad, destacó Gualdrón.
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Un detalle relevante en la gestión de la emergencia fue la reacción del Icbf, que ha suspendido provisionalmente las actividades del jardín infantil mientras se esclarecen las circunstancias.
Este suceso en La Tebaida se suma a otros dos incidentes registrados en la segunda mitad del año, evidenciando un problema nacional que ha puesto en alerta a las autoridades de salud. En Norte de Santander, 16 escolares presentaron síntomas similares tras la ingesta de su almuerzo escolar, y en Valledupar, 53 niños de un CDI también fueron víctimas de una intoxicación.
Las autoridades han intensificado las inspecciones a instituciones educativas y otros centros afiliados al Icbf para garantizar el cumplimiento de los estándares de alimentación segura. En Valledupar, se ha reportado el cierre preventivo de un CDI que ya había recibido advertencias previas, lo que subraya la importancia de las medidas de prevención y control.
Como parte de las acciones de seguimiento, se emprenderán esfuerzos para reforzar protocolos de seguridad alimentaria y para que el bienestar de los niños colombianos no se vea comprometido por el consumo de alimentos en mal estado.
La comunidad de La Tebaida y todas las regiones afectadas esperan respuestas concretas y acciones decisivas que aseguren un entorno seguro y saludable para el desarrollo y crecimiento de sus niños. Mientras tanto, el seguimiento a los pequeños hospitalizados y la investigación en curso son prioridad para evitar que incidentes como este se repitan.
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