El Alcalde de Chía, Leonardo Donoso, ha sido designado como miembro del Consejo Estratégico de la Cuenca del río Bogotá. En esta nueva responsabilidad, representará a los 46 alcaldes de los municipios implicados en la Sentencia del río Bogotá. Su misión principal incluirá la emisión de directrices, el seguimiento y control de las inversiones en la cuenca, y la toma de decisiones administrativas relacionadas con las determinantes ambientales que influyen en la recuperación y descontaminación del río.
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Nuevamente, Donoso se enfrentará a los desafíos de la "gobernanza del agua", un concepto que él mismo ha promovido desde su mandato previo en 2018. En este nuevo ciclo que comienza en 2024, trabajará en colaboración con la Corporación Autónoma Regional (CAR), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Acueducto de Bogotá y la Gobernación de Cundinamarca. Juntos, deberán coordinar las acciones necesarias para la mejora del estado del río Bogotá.
Entre las prioridades de Donoso se encuentran la formulación de estrategias para mitigar los efectos del cambio climático y los fenómenos de El Niño y La Niña. Además, propondrá programas para el uso racional del agua en la cuenca alta y media del río, así como inversiones en potabilidad y la creación de una industria regional del agua que optimice el manejo de aguas residuales.
Adicionalmente, Donoso desarrollará planes para la conservación de páramos y otras áreas productoras de agua en la cuenca alta y media. Estos esfuerzos buscan asegurar que municipios en la cuenca baja, como Santandercito, Tena, San Antonio del Tequendama, La Mesa, Anapoima, Apulo, Girardot y Quipile, tengan garantizado su derecho al acceso al agua.
Uno de los puntos que Donoso considera crucial es que las decisiones que afecten a toda la cuenca, desde Villapinzón hasta Girardot, sean resultado de un consenso. Este debe incluir al Acueducto de Bogotá, los 46 municipios, la CAR, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la Gobernación de Cundinamarca, y otros delegados del Plan de Ordenación y Manejo de Cuenca (POMCA) del río Bogotá.
A través de esta participación activa y colaborativa, Donoso espera que se puedan concretar acciones efectivas y sostenibles a largo plazo. La integración y coordinación de esfuerzos entre distintos niveles de gobierno y organizaciones son vistas como clave para alcanzar los objetivos de la sentencia y mejorar la calidad del afluente.
La recuperación del río Bogotá no solo es un desafío ambiental, sino también social y económico. Por ello, Donoso enfatiza la importancia de una gestión participativa y transparente, donde todos los involucrados puedan aportar y fiscalizar el cumplimiento de las metas establecidas.
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