La biodiversidad marina colombiana está emitindo una señal de emergencia. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha encendido las alarmas sobre un fenómeno preocupante: el blanqueamiento de corales. Impactando entre el 70% y 80% de los arrecifes coralinos, los reportes recabados evidencian las consecuencias de una prolongada ola de calor que afecta al Golfo de México y al Caribe.
Diversos ecosistemas submarinos como San Andrés, Providencia, el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo y otros han sido reportados con blanqueamiento. Este desafío no solo toca al Caribe; en el Pacífico, espacios como el Santuario de Fauna y Flora de Malpelo y el Parque Nacional Natural Gorgona también muestran signos de este estrés ambiental.
Consciente del papel vital que juegan los corales en el equilibrio marino, el Minambiente envió una circular el pasado 27 de septiembre a las instancias del Sistema Nacional Ambiental (Sina), delineando una serie de recomendaciones y llamando a la vigilancia activa para minimizar el daño en las áreas afectadas.
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Los corales no son solo esenciales para la biodiversidad marina; impactan directamente en la economía y la protección costera. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, enfatizó la relevancia de los arrecifes en sectores como el turismo y la pesca, los cuales son fundamentales para la comunidad que depende de un ecosistema marino saludable.
El blanqueamiento de corales, si bien no significa una muerte inmediata, sí es un síntoma alarmante. Un aumento de 1 °C en la temperatura del mar puede desencadenar la expulsión de las microalgas simbióticas y, con ellas, los nutrientes vitales para los corales. Este cambio puede desembocar en la pérdida irreversible de los arrecifes si la situación no se maneja adecuadamente.
El escenario futuro, sin una acción efectiva, es sombrío. De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, se proyecta que un aumento de 1.5 °C en la temperatura podría llevar a la desaparición de hasta el 90% de los arrecifes de coral para el año 2050.
Estos pasos buscan proteger lo que aún queda y fortalecer la resiliencia del ecosistema coralino. La emergencia que enfrentan los arrecifes coralinos de Colombia representa un llamado crítico a repensar las políticas ambientales y a actuar con prontitud ante el cambio climático, con el fin de preservar la riqueza natural que define no solo a la región, sino al planeta. La respuesta a la alerta está ahora en las manos de todos los actores involucrados, desde las autoridades ambientales hasta la conciencia colectiva.
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