La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado al virus, previamente conocido como viruela símica, como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII). Aunque el Departamento de Cundinamarca no está actualmente en riesgo, se están reforzando las medidas de vigilancia sanitaria en los 116 municipios. Estas acciones incluyen la comunicación del riesgo, toma de muestras, seguimiento de casos probables, creación de cercos epidemiológicos, y rastreo de contactos cercanos, con el objetivo de prevenir y contener posibles brotes.
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De acuerdo al Ministerio de Salud y Protección Social, no se ha registrado la presencia del clado I en las Américas, incluyendo Colombia. No obstante, debido al potencial de propagación internacional, es vital mantenerse alerta y coordinar una respuesta eficiente para prevenir su diseminación.
Neidy Adriana Tinjacá, secretaria de Salud de Cundinamarca, explicó que la transmisión del virus ocurre por contacto directo o indirecto con fluidos corporales, lesiones en la piel o mucosas de animales infectados, así como durante el contacto físico cercano, incluidas las relaciones sexuales. El virus puede también propagarse a través del contacto estrecho con lesiones cutáneas de una persona infectada.
La enfermedad se presenta en dos fases distintas:
1. Fase prodrómica: Incluye síntomas como fiebre, ganglios inflamados, dolor de cabeza y fatiga.
2. Fase eruptiva: Caracterizada por la aparición de manchas, granos, vesículas llenas de pus y costras en la piel, localizadas principalmente en la cara, manos y pies, o en áreas de contacto estrecho durante relaciones sexuales. Los individuos son contagiosos hasta que todas las lesiones hayan cicatrizado.
- Lavarse las manos con agua y jabón tras contacto con personas o animales infectados.
- Aislarse al inicio de síntomas.
- Usar tapabocas en presencia de síntomas prodrómicos.
- Evitar el contacto cercano con personas que presenten sarpullido similar al de Mpox.
- Utilizar preservativos en poblaciones de mayor riesgo.
Adicionalmente, se ha destacado la importancia de mantener una higiene adecuada y de seguir las recomendaciones sanitarias para reducir el riesgo de transmisión, especialmente en personas con factores de riesgo como inmunosuprimidos, gestantes, población infantil o individuos con comorbilidades.
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