En un reciente informe presentado por la Dirección Regional Sabana Centro de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR, se detalla un aumento significativo en las quejas ambientales registradas en los municipios de Chía, Tocancipá y Cajicá durante los primeros seis meses de 2024. Estos municipios, pertenecientes a la región Sabana Centro en Cundinamarca, han sido identificados como los principales focos de denuncias sobre prácticas ambientales cuestionables y el uso inadecuado de recursos naturales.
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El informe destaca un total de aproximadamente 420 quejas ambientales recibidas en los 11 municipios que componen la jurisdicción de Sabana Centro. Cajicá lidera este ranking con 60 denuncias, seguido de Chía y Tocancipá, cada uno con 56. Liliana Ramírez, directora regional de la CAR Sabana Centro, enfatizó en la importancia de la colaboración interinstitucional para trabajar en la capacitación y orientación a los residentes de estas zonas.
Ramírez también señaló que, aunque estos tres municipios encabezan la lista de infracciones, Zipaquirá, Cogua, Tabio y Cota no se quedan atrás, presentando un número significativo de quejas, especialmente en sus áreas rurales. Esto subraya un problema latente en la gestión ambiental de la región, donde las prácticas perjudiciales afectan considerablemente los recursos naturales, especialmente el agua.
El recurso hídrico es, sin duda, el más impactado. Las denuncias indican obras como perforaciones y captaciones ilegales de agua, desviaciones de cauces y una falta de cumplimiento de las normas establecidas por las autoridades ambientales. Estos actos ponen en riesgo no solo el suministro de agua, sino también su calidad y sostenibilidad.
En cuanto a flora y suelo, las preocupaciones más comunes se centran en la explotación forestal para expandir áreas agrícolas, el desarrollo de construcciones no autorizadas y la gestión inadecuada de desechos de construcción. Además, las actividades mineras irregulares alarman por su potencial para desencadenar deslizamientos de tierra, especialmente durante las temporadas de lluvias.
La funcionaria puntualizó que los sectores agrícola, industrial y minero son los más problemáticos. En el ámbito agrícola, se ha observado el desarrollo de cultivos en áreas protegidas, como los páramos, así como la descarga de aguas residuales en cuerpos de agua públicos. La explotación del suelo sin las debidas autorizaciones ambientales y la ausencia de permisos mineros también han contribuido a la problemática.
La Dirección Regional Sabana Centro de la CAR ha comenzado a implementar diversas estrategias para mejorar esta situación. Entre ellas, se incluyen planes y proyectos que promuevan la protección y conservación de los recursos naturales, buscando la integración de las autoridades locales y la comunidad. Estos esfuerzos se centran en unificar criterios en torno a las actividades permitidas y las zonas de protección.
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