El auge de la tecnología y el comercio electrónico ha traído consigo una nueva ola de criminalidad digital que amenaza la seguridad financiera de los usuarios en la red. Las cifras no mienten; el impacto económico de las estafas en línea ha alcanzado un pico devastador, con 293 millones de denuncias y pérdidas que ascienden a $55.300 millones de dólares a nivel mundial durante el último año, según reporta la Global Anti-Scam Alliance (GASA).
Este fenómeno no es exclusivo de un solo territorio; el informe de GASA, "The Global State of Scams-2022 Report", lo cataloga como el delito más reportado en países variados desde Estados Unidos hasta el Reino Unido. Mientras tanto, en Colombia, el aumento de intentos de fraude digital se disparó a un sorprendente 134 % entre 2019 y 2021, con un 36 % de las estafas produciéndose en plataformas de comercio electrónico supuestamente legítimas.
Los sectores más vulnerables incluyen servicios financieros, viajes y ocio, así como juegos en línea, siendo el envío de mercancías, robo de identidad y el phishing los tipos de fraude con mayor incremento. Las cifras alarmantes de Asobancaria muestran más de 40.000 afectados por fraudes financieros y digitales anualmente, y un estudio de Microsoft sitúa a Colombia en el puesto 21 de inseguridad informática a nivel global.
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La percepción de riesgo entre los consumidores es notable. Un estudio de Revolut identificó un mayor temor a ser defraudados mediante SMS engañosos, compras en línea y llamadas telefónicas falsas. Sin embargo, la confianza en la capacidad para detectar y evitar fraudes es baja. Solo el 16 % se siente seguro en esta área, y un tercio admite no estar preparado para enfrentar una situación de este tipo, desconociendo incluso a quién recurrir en caso de ser víctima de una estafa.
El director de Fraude y Delitos Financieros de Revolut, Aaron Elliott-Gross, comparte las señales de alarma a tener en cuenta para evitar caer en trampas digitales:
- Ofertas milagrosas: la aparición sorpresiva de ofertas de productos de alta demanda a precios insólitamente bajos debe encender las alertas de los consumidores.
- Métodos de pago dudosos: es esencial desconfiar de vendedores que solo acepten transferencias bancarias directas, criptomonedas o tarjetas de regalo como medio de pago.
- Vendedores sin reputación: un historial de ventas limitado o nulo en plataformas online puede ser indicativo de cuentas recién creadas para fines fraudulentos.
- Solicitudes de información personal sospechosas: cualquier mensaje que requiera proporcionar datos personales a través de enlaces externos debe ser ignorado.
- Llamadas no solicitadas: atención con las llamadas de supuestas organizaciones reconocidas que instan a tomar acciones urgentes.
- Peticiones de ayuda urgentes: es imperativo verificar la identidad de contactos que pidan asistencia financiera inmediata.
- Ofertas de trabajo irrealistas: propuestas de empleo remoto que prometan retribuciones desproporcionadas merecen escepticismo.
- Promesas de inversión falsas: tomar distancia de oportunidades que ofrezcan retornos financieros elevados con poco esfuerzo.
- Gestores de inversión insistentes: precaución con los que contactan a través de aplicaciones de mensajería y ejercen presión para acciones financieras.
Para contrarrestar la amenaza digital, Revolut ofrece un curso gratuito dentro de su aplicación con la meta de educar y capacitar a sus usuarios en materia de seguridad financiera digital. Es fundamental que la población cibernauta se equipe con el conocimiento y las herramientas necesarias para defenderse ante la creciente sofisticación de los ciberdelincuentes. La información y la precaución son los primeros pasos para proteger nuestro dinero en la era digital.
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