En un esfuerzo por mitigar la grave situación de hacinamiento que enfrenta el sistema penitenciario de la capital colombiana, que actualmente sobrepasa el 156% de su capacidad, se ha dado un paso adelante con la adquisición de un terreno de 3 hectáreas. Este lote, parte del complejo La Picota, se destinará a la construcción de la próxima cárcel distrital de Bogotá, un proyecto que promete aliviar la presión sobre las instalaciones existentes.
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Este nuevo desarrollo se enmarca dentro de una estrategia más amplia para reformar y actualizar el sistema de prisiones en la ciudad. Con la entrega del predio por parte del Gobierno Nacional, se sientan las bases para iniciar prontamente los estudios y diseños de la futura infraestructura carcelaria. La construcción está prevista para arrancar en el 2025, con la visión de tener la cárcel funcional en un lapso de tres años.
La implementación de este proyecto es un reflejo del compromiso de las autoridades locales por ofrecer condiciones más humanas y adecuadas para la población reclusa, a la vez que se aborda el crónico problema de sobrepoblación carcelaria. La nueva cárcel distrital no solo se espera que mejore significativamente la calidad de vida de los internos, sino que también facilite procesos de resocialización más efectivos.
El alcalde Carlos Fernando Galán, al hablar sobre este avance, destacó la importancia de este proyecto no solo como una solución a la crisis de hacinamiento, sino como una oportunidad de reinserción social para los reclusos. Galán enfatizó la visión de que esta nueva instalación debe servir como un centro de resocialización, ofreciendo a los internos la posibilidad de reconectar y reconstruir sus vidas para una eventual reintegración exitosa en la sociedad.
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