Al concluir Rock al Parque, uno de los festivales más icónicos de Bogotá, miles de asistentes se enfrentaron a desafíos significativos relacionados con el transporte público. Aunque la extensión del horario de Transmilenio fue anunciada para facilitar el regreso a casa de los asistentes, muchos usuarios expresaron su frustración debido a la insuficiencia de buses disponibles y la incapacidad de cubrir las rutas necesarias. Este escenario obligó a muchos a optar por caminatas nocturnas o servicios de transporte alternativos, cuyas tarifas resultaron ser elevadas.
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La estación Salitre El Greco, escogida para extender el horario hasta la medianoche, se convirtió en un punto de tensión donde, según testimonios de usuarios, los buses llegaban llenos o simplemente no llegaban. La situación no era mejor en la Avenida NQS, donde los asistentes al festival esperaban pacientemente por un servicio que no siempre se materializaba. Algunos optaron por desplazarse a pie a través de la ciudad o intentar encontrar transporte mediante plataformas digitales, a menudo con costos mucho más altos de lo habitual.
En otras zonas como la Avenida 68, los problemas de frecuencia y rutas abarrotadas del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) fueron igualmente reportados. Usuarios manifestaron su descontento ante las largas esperas y la incapacidad de abordar un bus que los llevara hacia sus destinos. La escena de individuos caminando largas distancias se replicó en varias partes de la ciudad, destacando la presión que los eventos masivos, como Rock al Parque, ejercen sobre el sistema de transporte de Bogotá.
El malestar ciudadano no se limitó al festival de música. Durante el mismo puente festivo, fanáticos que asistieron al encuentro deportivo entre Millonarios y Deportivo Pereira experimentaron situaciones similares. A pesar de haber validado su pasaje, muchos se encontraron sin la posibilidad de utilizar Transmilenio para regresar a sus hogares. La solución llegó tarde, y solo después de innumerables quejas, con la disposición de nueve buses biarticulados y del SITP para aliviar la demanda nocturna.
La respuesta del Distrito, a través del secretario general de la Alcaldía de Bogotá, Miguel Silva Moyano, fue optimista respecto a la operación del servicio durante el día festivo. En redes sociales, Moyano resaltó que esta fue la primera vez que Transmilenio ofrecía una ampliación del servicio troncal para un evento de esta magnitud, y mencionó que para la 1:34 a. m. la evacuación había concluido exitosamente. Sin embargo, tales declaraciones contrastan con las experiencias relatadas por los usuarios en las redes sociales.
En términos de cifras, la gerente de Transmilenio, María Fernanda Ortiz, informó que de las aproximadamente 21 mil personas movilizadas durante el evento, 3.260 validaron su pasaje para utilizar el servicio troncal y zonal. Además, se reportaron incidentes de vandalismo que afectaron a un bus del SITP y uno del sistema troncal, complicando aún más la prestación del servicio en esa noche.
Para aquellos que alcanzaron a validar su pasaje y no pudieron utilizar el servicio, Ortiz ofreció un mecanismo de compensación. Los afectados pueden presentar una PQRSD mediante correo electrónico, detallando sus datos personales, el número de la tarjeta utilizada y una descripción breve de los hechos, con la promesa de que se reembolsará el valor del pasaje una vez verificada la información.
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