“Los del Paso” también son investigados por homicidios y otros delitos bajo estudio de la Policía. Se había convertido en una de las organizaciones con mayor renta producto de sus actividades criminal.
Con ellos dieron agentes especializados quienes emprendieron trabajos hace más de un año, una vez alcanzaron los primeros informes sobre las actividades ilegales de la banda.
Las tareas incluyeron infiltraciones, seguimientos, interceptaciones y otras misiones altamente delicadas las cuales, finalmente, permitieron la detención de todos los integrantes de la organización.
Alcanzaron indicios y suficientes pruebas validando la expedición de las órdenes de captura que mantiene tras las rejas a los cinco aprehendidos.
Trabajos investigativos
El trabajo permitió tres diligencias de allanamiento en los barrios Barzaloza y Piamonte de Girardot, al tiempo que suministró más argumentos para engrosar las acusaciones.
Los capturados fueron sorprendidos en flagrancia “por los delitos de fabricación, tráfico, porte, tenencia de armas de fuego y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes”.
Dentro de las investigaciones se tuvo en cuenta la búsqueda del jefe del combo. Como lo sospechaban, comprobaron que alias “Lelo” era el cabecilla de la organización criminal. También buscan establecer si es protagonista de homicidios bajo la modalidad de sicariato tanto en Girardot como en el Alto Magdalena.
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Otras responsabilidades criminales
Según estiman las autoridades, el grupo se dedicaba a la comercialización de armas de fuego y sus partes para el desarrollo de eventos al margen de la ley.
Es probable que tengan participación en homicidio, hurto y tráfico de sustancias estupefacientes bajo la modalidad de servicio express y domicilio.
Precisamente, durante los procedimientos de registro y allanamiento lograron incautar tres armas de fuego tipo revolver, una escopeta y un armazón para escopeta en madera. Igual encontraron cartuchos para fusil galil 556, base de coca y marihuana listos para su distribución.
Tareas investigativas
Los procedimientos de seguimiento y búsqueda, al igual que mediante el trabajo de agentes infiltrados, las autoridades lograron acopiar material probatorio y evidencia física.
Con ello justificaron la expedición de órdenes de registro. Ayudaron las interceptaciones telefónicas y documentos que, junto a entrevistas con fuentes humanas, permitieron ir descubriendo la verdad.
Pudieron conocer la estructura de la banda, el sitio de residencia y el rol de cada uno de ellos. Las mismas averiguaciones permitieron establecer que la bandola obtenía alrededor de $30 millones al mes.
En el trabajo intervinieron unidades de Investigación Criminal Cundinamarca y del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Nacional en Cundinamarca.