La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha lanzado un urgente llamado a la comunidad del altiplano cundiboyacense para adoptar métodos sostenibles en respuesta a las heladas de la primera temporada seca del 2025. Alfred Ignacio Ballesteros, director de la CAR, destacó la importancia de evitar las quemas como método para proteger los cultivos, advirtiendo sobre su capacidad de provocar incendios forestales.
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Ballesteros explicó los riesgos que conlleva el uso del fuego como herramienta de control climático, subrayando la necesidad de implementar medidas más seguras y sostenibles en la región. Durante los primeros meses del año, las condiciones climáticas presentan un reto significativo, con temperaturas que oscilan drásticamente, lo que puede dañar considerablemente la agricultura local.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha pronosticado un aumento de temperaturas diurnas entre 2°C y 5°C de enero a marzo de 2025. Sin embargo, las madrugadas podrían registrar temperaturas de 0°C o incluso inferiores, afectando particularmente a las cuencas alta y media de los ríos Bogotá y Suárez.
Estas heladas representan un desafío considerable para los agricultores y ganaderos del área, ya que las bajas temperaturas pueden dañar pastos y cultivos, ocasionando pérdidas económicas y aumentando la vulnerabilidad de las comunidades rurales. Frente a este panorama, la CAR ha propuesto una serie de medidas sostenibles que pueden ser de gran utilidad para mitigar los efectos adversos.
Entre las recomendaciones destacan:
- Emplear lonas o membranas plásticas para cubrir y proteger los cultivos del frío extremo.
- Realizar riegos al amanecer aprovechando la radiación solar para reducir el impacto del hielo.
- Implementar sistemas de calefacción sostenibles, utilizando materiales como residuos agrícolas y astillas de madera.
- Plantar especies nativas que actúen como barreras rompevientos, disminuyendo la exposición directa de los cultivos a las heladas.
Más allá de la agricultura, estas medidas también buscan minimizar el riesgo de incendios, que puede incrementarse si no se practican estrategias adecuadas. Ballesteros instó a las comunidades a evitar las quemas, una práctica que podría desatar emergencias ambientales de gran magnitud.
El llamado de la CAR enfatiza la necesidad de unir métodos tradicionales y prácticas innovadoras y sostenibles, asegurando así una protección efectiva del medio ambiente y la seguridad alimentaria en la región. Este enfoque no solo busca reducir los riesgos inmediatos, sino también fomentar una adaptación a largo plazo frente a los desafíos climáticos futuros.
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