La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha tomado medidas decisivas para frenar actividades mineras en el sur de Bogotá. Dos recibirás en la localidad de Ciudad Bolívar han recibido la orden de detener operaciones de inmediato, motivada por lo que se sospecha es un incumplimiento grave de las normas ambientales vigentes.
Le puede interesar: Cundinamarca: Impulso al Talento Juvenil con Importante Inversión
La intervención de la CAR se produjo a raíz de denuncias presentadas por la comunidad, lo cual llevó a un equipo técnico de la Dirección Regional Bogotá – La Calera a realizar inspecciones precisas en el área. En el primer sitio, se observó que la explotación había excedido los límites autorizados en dos áreas principales, impactando aproximadamente 5.800 metros cuadrados de terreno, lo que representa una alteración sustancial del entorno.
La actividad infractora se encontraba fuera de los parámetros establecidos en el estudio de impacto ambiental autorizado en 2023, el cual indica que el área aprobada para la explotación es de 175.226 metros cuadrados, sin permitir ningún tipo de actividad extralimitada. Los responsables de esta operación enfrentan ahora la obligación de restaurar por completo las áreas afectadas.
Simultáneamente, en la vereda Quiba, cercana al primer sitio, se identificaron irregularidades en la actividad de otra explotación minera. La CAR había concedido una licencia ambiental a una empresa en 2010 para extraer materiales de construcción con un límite de 48.000 metros cúbicos anuales. No obstante, se descubrió que la compañía que realmente lleva a cabo la explotación no es la que posee la licencia, sino que actúa como una entidad para otra empresa involucrada en la actividad.
La directora regional Bogotá-La Calera de la CAR, Sandra Milena Santafé Patiño, enfatizó la gravedad de las actividades, señalando que "se ha impuesto una medida preventiva que obliga la suspensión inmediata de las operaciones, instando a las empresas a cumplir con las obligaciones estipuladas en los estudios de impacto ambiental, la licencia ambiental y los planes de restauración de los terrenos intervenidos".
La CAR desempeña un papel crucial en la regulación de las licencias ambientales, otorgándolas o negándolas en función del alcance y el impacto de los proyectos, obras o actividades propuestas. Para la minería, específicamente, la entidad es competente cuando la producción proyectada no excede las seiscientas mil toneladas anuales.
Este caso subraya la importancia de la supervisión ambiental proactiva, y la implicación de que las entidades mineras deben adherirse estrictamente a las normativas establecidas para proteger los recursos naturales y evitar alteraciones significativas en el ecosistema. La directriz de la CAR refuerza la necesidad de responsabilidad ambiental en la minería, un sector vital pero potencialmente destructivo, especialmente en zonas cercanas a comunidades locales.
El seguimiento a estas actividades por parte de organismos como la CAR es fundamental para garantizar que el desarrollo económico no supere los límites de la sostenibilidad ambiental. La restauración de las áreas intervenidas y el cumplimiento riguroso de las licencias otorgadas son pasos esenciales hacia la reconciliación de los intereses económicos y la preservación del entorno natural.
Le recomendamos leer: Cundinamarca: Plan para descongestionar vía Bogotá – La Calera
