La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha implementado medidas preventivas en un predio ubicado en la vereda Mesitas del Caballero, municipio de Anolaima, dedicado a la crianza y comercialización de cerdos. Durante la inspección se determinaron diversas irregularidades que han derivado en la suspensión inmediata de las actividades en el lugar.
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La visita de control se realizó en el marco de las funciones de seguimiento ambiental en la región, evidenciando infracciones que involucran tanto la gestión del recurso hídrico como la salud del suelo. Esta intervención se enmarca en un procedimiento de supervisión que busca garantizar el cumplimiento de la normativa ambiental vigente.
Entre las infracciones identificadas se destacan los siguientes hechos:
• Vertimientos directos de residuos orgánicos sin manejo o tratamiento adecuado.
• Captación irregular del recurso hídrico en zonas no autorizadas.
• Afectación a la zona de ronda de una fuente hídrica, que se encuentra en proximidad al establecimiento porcícola.
Durante la inspección, profesionales de la dirección regional Tequendama constataron que las naves destinadas al manejo de los cerdos están ubicadas a menos de 15 metros de una fuente hídrica innominada. Esta proximidad representa un riesgo potencial para la calidad del agua disponible y el equilibrio del ecosistema local.
La directora de la unidad regional Tequendama, Nidia Cruz, manifestó que la evidencia encontrara apunta a tres infracciones ambientales, fortaleciendo la decisión de aplicar una medida de cierre temporal de la actividad. La intervención de la CAR responde a la necesidad de prevenir daños mayores en la zona.
La revisión del predio resaltó que la afectación al recurso suelo no solo se deriva de los vertimientos sin control, sino también del incumplimiento de las restricciones impuestas en áreas protegidas. En este sentido, las actividades agropecuarias están reguladas en franjas cercanas a fuentes de agua para asegurar la conservación ambiental.
Como parte del procedimiento de seguimiento, la CAR continuará evaluando otros posibles impactos ambientales con el fin de determinar sanciones adicionales que puedan resultar pertinentes. El proceso sancionatorio está sujeto a la verificación técnica de cada una de las irregularidades identificadas durante la inspección.
Es importante señalar que las actividades agropecuarias y pecuarias en áreas protegidas se rigen por normativas estrictas, diseñadas para salvaguardar los recursos hídricos y la calidad del suelo en regiones de alto valor ecológico. Estas disposiciones buscan evitar que el desarrollo económico comprometa la preservación ambiental.
La acción tomada por la CAR se inscribe en las políticas de vigilancia y control ambiental de la región, evidenciando una respuesta inmediata ante incumplimientos que pueden generar riesgos ecológicos.
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