VIDEO. Desde allí dirigía estrategia para recuperar el mercado de estupefacientes en Bogotá; también busca extender su red a la Sabana Centro y algunas poblaciones de Los Almeidas. Alias “Murillo”, jefe de la organización y anterior integrante de “Los Sayayines”, escapó de los operativos en el Bronx de Bogotá hace tres años; junto con algunos de sus secuaces instaló nueva base en esa población, con el propósito de manejar desde allí sus actividades ilegales lejos de la mirada de las autoridades.
Sin embargo y tras seis meses de investigación la Policía logró ubicarlo en Gusca, oriente de Cundinamarca, en donde ya había comenzado a extender su red criminal; parece ser que desde allí manejaba algunas operaciones en Bogotá.
Todo indica que su plan incluía apoderarse del mercado en poblaciones vecinas de la Sabana Centro y algunas de Los Almeidas como Sopó, Tocancipá, Gachancipá, Chía, Cota, Cajicá e, incluso, Zipaquirá; el punto aún es evaluado por agentes especiales.
Dieron con “Murillo” luego que comenzaran a detectar movimientos sospechosos de algunas personas extrañas en la región, asunto que ya había sido advertido por las comunidades.
La Sijín montó operativos especiales de inteligencia y seguimiento; recaudaron los primeros datos sólidos sobre la presencia de los primeros “jíbaros”, y tras ellos llegaron al corazón de la banda.
Establecieron el organigrama de la banda; identificaron a todos sus integrantes al igual que los lugares desde donde dirigían las operaciones y la forma como distribuían los narcóticos.
“Mediante la modalidad exprés o contra entrega, bajo la coordinación de líneas telefónicas principalmente”, manejaban la venta de acuerdo al reporte entregado por el subcomandante de la Policía Cundinamarca, coronel Germán Jaramillo Wilches (imagen arriba). Indicó también que “utilizaban estudiantes en la organización como “carritos”, para lograr ingresar el estupefaciente al interior de instituciones educativas”.
Operativos
La Policía pudo conocer que la banda colocaba en el mercado cerca de 500 dosis de diferentes alucinógenos, lo cual, en plata, representa algo así como $150 millones al mes; esa suma muestra el volumen de la operación que manejaban “Los Gusanos” y la magnitud que estaba alcanzando la organización criminal.
El golpe final, en el cual también participaron la Fiscalía, el Grupo de Operaciones Especiales, GOES y bajo la atenta mirada de la Gobernación de Cundinamarca, fue propinado durante las últimas horas.
Detuvieron 12 presuntos delincuentes entre ellos 4 menores de edad; incautaron un arma neumática, 70 dosis de marihuana listas para la entrega y 3 equipos terminales móviles utilizados para la comisión del delito.
Así mismo ocuparon 3 bienes inmuebles y un establecimiento comercial que era utilizado como fachada para esconder la operación criminal; todo ello tiene un valor aproximado a los 950 millones de pesos.
“Los capturados fueron dejados a disposición de las autoridades competentes por los delitos de concierto para delinquir agravado, tráfico fabricación o porte de estupefacientes, destinación Ilícita de muebles e inmuebles e instrumentalización de niños, niñas y adolescentes para la comisión del delito”.
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