Una situación de alta tensión culminó exitosamente en Chía, Cundinamarca, cuando las autoridades lograron rescatar a un comerciante local que había sido secuestrado. La intervención rápida y coordinada fue fundamental para la liberación del empresario, tras ser retenido por dos hombres armados.
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El comerciante fue interceptado luego de un retiro en efectivo, convirtiéndose en el objetivo de un plan de secuestro que rápidamente se tornó en un intento de extorsión. Los perpetradores exigieron inicialmente cinco millones de pesos para liberar a su víctima. No obstante, la familia, en estrecha colaboración con la Policía, se movilizó para frustrar los planes criminales.
Durante su retención, el comerciante fue trasladado por varios municipios, mientras los secuestradores mantenían comunicación constante con su familia para negociar un rescate. En un giro durante las negociaciones, los captores acordaron reducir la suma demandada a dos millones de pesos, fijando un punto de encuentro en Chía para realizar el intercambio.
La operación para liberar al comerciante fue meticulosamente planeada. La familia, siguiendo instrucciones detalladas de las autoridades, acudió al lugar del intercambio acompañada por efectivos policiales. Este despliegue táctico permitió la captura in fraganti de los secuestradores, asegurando la liberación del comerciante sin que éste sufriera daños físicos.
La captura de los implicados derivó en su puesta a disposición de la Fiscalía Seccional de Cundinamarca. Allí, las autoridades procedieron a solicitar la legalización de las capturas y la imputación de cargos por secuestro extorsivo agravado. A pesar de la negativa de los detenidos a aceptar los cargos, el juez decidió imponer una medida de aseguramiento en prisión.
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