Los presidentes de Colombia y Panamá, Gustavo Petro Urrego y José Raúl Mulino, han decidido explorar la implementación de una ruta legal y supervisada para el tránsito de migrantes a través del Tapón del Darién. Este corredor propuesto tiene como objetivo proteger a los migrantes de ser víctimas de redes criminales y traficantes de personas que operan en esta peligrosa región de América Latina.
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Durante su declaración en el quinto día de su visita a Estados Unidos, el presidente Petro insistió en la necesidad de crear una única vía legal y controlada por ambos gobiernos. "Esta ruta debe ser atractiva para que quienes decidan cruzar opten por ella y no caigan en manos de las mafias. Creo que es una idea que podemos seguir desarrollando", afirmó el mandatario, subrayando la importancia de la cooperación binacional.
En la actualidad, varias rutas ilegales en la región del Darién son controladas por grupos delictivos, y aunque se ha observado una disminución en el flujo de migrantes, el riesgo persiste. Petro recalcó que una ruta legal, regulada por el poder público de ambos países, podría ofrecer una alternativa segura y reducir la influencia de las redes mafiosas. Esto permitiría a los migrantes tomar decisiones mejor informadas y menos peligrosas.
La reunión entre los presidentes de Colombia y Panamá se llevó a cabo en Nueva York, en el contexto de la Asamblea General de la ONU. Este encuentro ofreció una plataforma para discutir y avanzar en este importante proyecto humanitario y de seguridad.
Además, Petro se refirió a los avances en la frontera con Venezuela. Según el presidente, se ha logrado una regularización del paso migratorio en esta zona, lo que ha mitigado los flujos masivos que se vivieron en años anteriores.
Enumeró los siguientes logros en la frontera con Venezuela:
1. Regularización del paso migratorio.
2. Reducción de flujos migratorios masivos.
3. Implementación de programas educativos para la juventud venezolana en Colombia.
Estos esfuerzos buscan apoyar a la población venezolana en Colombia, especialmente a los jóvenes, proporcionándoles oportunidades educativas, lo cual podría contribuir a un futuro más estable y prometedor para los migrantes.
Los acuerdos y proyectos discutidos demuestran la voluntad de ambos países de abordar la crisis migratoria de manera organizada y humanitaria, respetando los derechos y la dignidad de los migrantes.
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