En el contexto de la COP16, Cundinamarca ha emergido como un referente regional en la lucha contra la crisis climática. Durante el evento internacional, el gobernador Jorge Rey subrayó el impacto significativo que el cambio climático ha tenido en el departamento y en Bogotá, lo cual ha urgido a la implementación de medidas novedosas para contrarrestar los efectos adversos sobre la biodiversidad local.
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Una de las iniciativas más destacadas es la creación de corredores ecológicos que buscan mitigar la fragmentación de hábitats y ofrecer un refugio seguro para especies amenazadas, como el águila crestada, la rana de Supatá y el emblemático oso de anteojos. Este proyecto no solo pretende preservar estas especies, sino también detener la alarmante pérdida de biodiversidad en la región, siendo una pieza clave en la estrategia de conservación de Cundinamarca.
En esta línea, la gobernación ha implementado varias estrategias innovadoras. Entre ellas se encuentra el Pago por Servicios Ambientales (PSA), el cual incentiva a las comunidades locales a proteger y gestionar de manera sostenible los recursos naturales. Hasta la fecha, esta iniciativa ha logrado conservar 12,000 hectáreas clave de ecosistemas, con previsiones de aumentar considerablemente esta cifra.
Además, se ha puesto en marcha un programa de adquisición de predios en áreas estratégicas para asegurar la conectividad de estos corredores biológicos. Esta medida busca facilitar el paso de la fauna silvestre y garantizar el mantenimiento de su hábitat. Actualmente, la administración departamental ha adquirido 46,500 hectáreas, con el objetivo de llegar a más de 50,000 hectáreas al finalizar el cuatrienio.
Los corredores biológicos son estructuras de gran relevancia que funcionan como puentes entre ecosistemas previamente desconectados. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), estos corredores permiten a las especies desplazarse en búsqueda de alimento, refugio y condiciones adecuadas para su reproducción. Esta conectividad es crucial para prevenir extinciones locales y asegurar la viabilidad genética de las poblaciones.
El gobernador Jorge Rey destacó la importancia de estos esfuerzos afirmando: “El proyecto de corredores ambientales en el departamento permitirá que el oso de anteojos, el águila crestada y la rana de Supatá puedan permanecer en el tiempo y poderles dar estos tesoros y patrimonios a las nuevas generaciones”. Esta visión reitera la intención del gobierno de dejar un legado ecológico sostenible y resiliente para el futuro.
La problemática del cambio climático y la pérdida de biodiversidad no solo afecta la fauna local, sino también tiene repercusiones directas sobre la vida humana. La deforestación, particularmente en la Amazonía, ha sido relacionada con la crisis hídrica que enfrentan Cundinamarca y Bogotá. La escasez de agua es uno de los fenómenos más alarmantes derivados de estas prácticas insostenibles, destacadas en la COP16 a través del panel "Amazonía Conecta".
Cundinamarca, al sumarse a iniciativas globales como la COP16, pretende no solo presentar sus desafíos, sino también compartir soluciones prácticas y replicables que puedan ser adoptadas por otras regiones. La participación en estos foros internacionales subraya la necesidad de acciones coordinadas y sostenibles para abordar la crisis climática y sus efectos a nivel global.
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