La Cumbre de la Niñez y Juventud por la Biodiversidad se llevó a cabo en el Centro Cultural de Memoria y Patrimonio en Cali, reuniendo a más de 500 jóvenes de 140 países. Este encuentro, caracterizado por la diversidad de culturas y pensamientos, puso de manifiesto la urgencia de integrar las voces juveniles en los diálogos globales sobre biodiversidad, justo cuando se desarrolla la COP16 en la misma ciudad. De este modo, se sentaron bases sólidas para influir en futuras decisiones, especialmente las que se tomarán de cara a la COP17 y a la Agenda 2030.
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El evento destacó por ser un espacio de reflexión y acción, donde los jóvenes, mediante un manifiesto colectivo, delinearon recomendaciones políticas para la implementación del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal (KM GBF). Este pronunciamiento no solo reafirma su compromiso con el planeta, sino que también busca garantizar que sus propuestas sean tomadas en serio en foros internacionales. Entre los asistentes, numerosos líderes y activistas juveniles colaboraron de manera activa para que sus perspectivas sean escuchadas en estos importantes escenarios.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo de Astrid Cáceres, directora del ICBF, y Susana Muhamad, ministra de Ambiente. Cáceres subrayó la importancia de escuchar y apoyar los movimientos infantiles que luchan por un entorno más sano, mientras que Muhamad instó a los jóvenes a mantener vivas sus esperanzas y sueños expresados a lo largo del evento. Además de ellas, el Canciller Luis Gilberto Murillo participó como panelista, aportando una visión sobre cómo la crisis climática está interconectada con otras problemáticas globales como la migración y la desigualdad.
En términos de participación local, se destacaron jóvenes pertenecientes a programas de ministerios dedicados a la igualdad y la equidad, como Jóvenes en Paz y Jóvenes Guardianes de la Naturaleza. El Viceministerio de las Juventudes enfatizó en que el fortalecimiento de la articulación nacional e internacional es clave para potenciar el movimiento juvenil con enfoque ambiental. Además, se prepara el terreno para la Asamblea Nacional de Jóvenes que se celebrará en noviembre, asegurando que las voces juveniles continúen con su protagonismo en políticas futuras.
Las voces de los jóvenes resonaron durante toda la cumbre, instando a los adultos a prestar atención a sus ideas. Desde un joven del pueblo Misak, Jorge Velasco, reivindicando el papel de las comunidades indígenas en la conservación de su entorno, hasta Carlos Coello, quien exhortó a los líderes mundiales a redirigir sus inversiones hacia la protección del planeta, el mensaje fue claro: es imprescindible priorizar la biodiversidad y el medio ambiente.
Entre las opiniones destacadas, Jerónimo Giraldo, un niño de 11 años, expresó optimismo ante el interés demostrado por otros jóvenes en la conservación de la biodiversidad. De manera similar, Karol Valeria Montes, de 15 años, enfatizó la urgencia de combatir la deforestación del Amazonas, advirtiendo sobre las graves consecuencias de la inacción. La cumbre se convirtió así en un espacio de aprendizaje y resiliencia, como mencionó Jiccell Quintero, quien destacó la importancia de apreciar la biodiversidad que aún se tiene y utilizar los desafíos como impulso para el cambio.
Julián Moreno, director del Sistema Nacional de Bienestar Familiar (SNBF), resaltó la importancia de estos jóvenes como líderes en sus comunidades, comprometiéndose a llevar sus mensajes a la COP16. Al hacerlo, subrayó el derecho de los niños y adolescentes a vivir en un entorno protegido y saludable, un derecho que, como demostró la cumbre, los jóvenes están decididos a defender activamente.
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