La Fundación Alquería Cavelier, de la mano de su precursor, Carlos Enrique Cavelier, está convirtiendo la región en un epicentro educativo en América Latina. Esta organización ha logrado beneficiar a más de 146,000 estudiantes, impulsando un cambio significativo en la educación pública y el acceso a instituciones de enseñanza superior de primer nivel.
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Carlos Enrique Cavelier, un visionario en su campo, ha puesto en marcha programas educativos transformadores. Su visión no se limita a la filantropía convencional, pues busca crear un impacto duradero en la sociedad colombiana. “Comenzó con la idea de ofrecer becas, pero pronto tuvo claro que podía hacer más”, explica Cavelier, quien ha dedicado su vida a la causa educativa. La Fundación Alquería Cavelier, establecida cinco décadas después de que su padre fundara Alquería, se ha convertido en el motor de este ambicioso proyecto.
El enfoque de Cavelier se centra en más que solo números y estadísticas. Aunque los logros de su Fundación han dejado una huella positiva en lugares como Cajicá, es a través de historias inspiradoras donde realmente cobra vida su trabajo. Un ejemplo es Mateo Chilito, cuyo destacado desempeño académico le permitió estudiar en la prestigiosa Universidad de los Andes. La Fundación le brindó apoyo a través de programas como City U, que facilitan el alojamiento a estudiantes, lo que, a su vez, garantiza que puedan concentrarse en sus estudios y explorar nuevas oportunidades.
La educación no es solo una profesión para Cavelier, es una pasión heredada de su padre. En su infancia, éste estableció una pequeña escuela en la finca familiar en Cajicá, convencido de que era crucial garantizar el acceso a la educación para los niños de la región. Esta tradición continúa con su hija, quien sigue sus pasos como profesora en una escuela pública de Bogotá, consolidando un legado familiar dedicado a la enseñanza.
Cavelier destaca la importancia de cultivar un amor por el aprendizaje desde la infancia. "Es fundamental crear espacios desde una edad temprana para que los niños y adolescentes desarrollen el deseo de aprender", afirma. Además, subraya que el sistema educativo de Colombia tiene una rica historia, con universidades como Santo Tomás y Javeriana que preceden a instituciones como Harvard. Sin embargo, señala que históricamente se ha descuidado la educación básica, un desafío que su Fundación aborda directamente.
El compromiso de Cavelier con la educación primaria y secundaria es evidente en los resultados obtenidos por los estudiantes. Más de 188 jóvenes han logrado ingresar a la Universidad de los Andes gracias al apoyo de su Fundación, que trabaja en estrecha colaboración con los rectores y colegios para mejorar la calidad de la enseñanza. Esta alianza también incluye prestigiosas universidades como los Andes y Javeriana, que contribuyen a este proceso de enriquecimiento educativo.
Uno de los programas más notables de la Fundación es Talentos Excepcionales, dedicado a facilitar el acceso a la educación superior para estudiantes de alto rendimiento de colegios públicos. Hasta la fecha, ha beneficiado a 529 bachilleres, concediéndoles la oportunidad no solo de acceder, sino de concluir exitosamente sus estudios universitarios. Los logros académicos de estos estudiantes son sobresalientes, superando con creces las medias nacionales en las Pruebas Saber 11.
La Fundación ha demostrado que, con determinación y recursos adecuados, es posible transformar vidas. Un ejemplo inspirador es el caso de un estudiante de Medina, Cundinamarca, que superó múltiples obstáculos, incluidos desafíos geográficos, para alcanzar la excelencia académica. Hoy, este joven estudia Ingeniería Industrial en la Universidad de los Andes, y la Fundación se enorgullece de contar con varios de sus beneficiarios estudiando en universidades de Europa y América del Norte.
Cavelier aspira a que Cundinamarca se convierta en el mejor lugar para estudiar en América Latina en las próximas dos décadas. Su visión se apoya en el Programa de Mejoramiento de la Calidad Educativa (PROMCE), que desde 2012 integra a distintos actores del sistema educativo, incluyendo autoridades municipales y departamentales, directores, docentes, estudiantes y sus familias. Es un modelo único que busca elevar los estándares de enseñanza y aprendizaje.
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