La estrategia “Mi finca más productiva” continúa siendo el pilar para el impulso del sector agropecuario en Cundinamarca, destacándose por su compromiso en unir esfuerzos entre la Secretaría del Agrocampesinado y Asohofrucol. En esta iniciativa se promueve el fortalecimiento de los cultivos, centrándose en frutas de alto impacto económico, con un énfasis especial en la innovación y las prácticas sostenibles.
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La acción se está implementando en municipios estratégicos de la región. Entre ellos se encuentran:
• Anapoima
• Apulo
• Tocaima
• Viotá
• La Mesa
Cada uno de estos territorios se beneficia de la atención focalizada destinada a mejorar la calidad y la producción frutícola, asegurando la sostenibilidad a largo plazo de los cultivos.
El director de Cadenas y Sistemas Productivos, Wilfer Ortegón, ha enfatizado que el proyecto se enfoca en transformar de manera integral los procesos relacionados con la producción del mango y los cítricos. La estrategia abarca la actualización de técnicas agropecuarias y la incorporación de innovaciones tecnológicas que faciliten el acceso a nuevos mercados para los productores locales.
Dentro de las acciones complementarias, se ha puesto especial énfasis en brindar soporte educativo a los agricultores. Esto involucra capacitaciones específicas en temas como la prevención y el control de plagas, aspectos esenciales para mantener la productividad de los cultivos. Entre las medidas adoptadas se destacan las estrategias de manejo de la mosca de la fruta en el mango y el tratamiento de enfermedades que afectan a los cítricos.
La sinergia entre la Secretaría del Agrocampesinado y Asohofrucol marca un hito en el desarrollo agroindustrial de la región, favoreciendo la modernización de prácticas agrícolas y el fortalecimiento del sector. Las acciones implementadas se orientan a potenciar la economía rural y optimizar los recursos productivos.
Los esfuerzos se concentran en abordar dos desafíos principales:
• El control de plagas que afectan al mango.
• La gestión de enfermedades que reducen la calidad de los cítricos.
Estas medidas se implementan de forma meticulosa, contribuyendo a la estabilidad y crecimiento del sector frutícola cundinamarqués.
Asimismo, la intervención en terreno ha promovido la difusión de buenas prácticas entre las comunidades agrícolas, generando un espacio de colaboración e intercambio de conocimientos técnicos y metodológicos.
La coordinación en el monitoreo sistemático de plagas y enfermedades se ha configurado como una herramienta para mejorar la sanidad de los cultivos. Este enfoque permite la identificación oportuna de situaciones críticas, facilitando intervenciones precisas y efectivas.
Finalmente, la integración de actores locales y la aplicación de estrategias de innovación tecnológica son elementos que refuerzan las bases para un sector agropecuario competitivo y adaptable en Cundinamarca, reafirmando el compromiso con el desarrollo sostenible del medio rural.
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