Un esfuerzo coordinado entre las autoridades de Cundinamarca y Bogotá ha surgido con el objetivo de contrarrestar la problemática del licor adulterado y de contrabando. Este fenómeno no solo amenaza la salud pública, sino que también pone en riesgo la seguridad y las finanzas departamentales, esenciales para desarrollar proyectos sociales en ambas regiones.
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El 15 de noviembre de 2024, se celebró un encuentro pedagógico en la sede administrativa de Cundinamarca. Este evento reunió a diversos alcaldes locales de Bogotá con el propósito de enriquecer sus conocimientos y fomentar una cultura de legalidad que permita enfrentar el problema desde sus raíces.
Uno de los principales acuerdos alcanzados fue la creación de mesas de trabajo conjuntas. Estas mesas tienen como objetivo intensificar operativos de control, principalmente en las zonas de Bogotá más afectadas por la venta de licor adulterado y de contrabando. Este comercio ilícito genera detrimento en la seguridad ciudadana y en la economía local, disminuyendo así la recaudación fiscal.
En septiembre, las cifras indicaron que los impuestos derivados del consumo de productos como cerveza, cigarrillos y licores en Cundinamarca sumaron $1.629.352.860. Estos montos son cruciales para financiar sectores vitales como salud y deporte, reflejando la importancia de frenar el comercio ilegal.
El general Martin Nieto, a cargo del Grupo de Fiscalización Operativa de la Secretaría de Hacienda de Cundinamarca, señaló que las acciones coordinadas buscan un intercambio de información más efectivo, con el fin de desmantelar las estructuras ilegales responsables de este comercio.
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