En un paso destacado hacia la protección ambiental y el desarrollo sostenible, el departamento de Cundinamarca anuncia una inversión sin precedentes de $29.000 millones para el año 2024, orientada a mejorar la gestión del saneamiento básico en las cuencas del río Bogotá.
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El reciente convenio suscrito entre las Empresas Públicas de Cundinamarca y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) se enfoca en llevar a cabo estudios y diseños prioritarios que facilitarán el avance de proyectos clave para la reducción de la contaminación por aguas residuales. Este innovador acuerdo abarca a municipios como Agua de Dios, Anapoima, Anolaima, Cachipay, Granada, Quipile, Ricaurte, San Antonio del Tequendama, Sibaté y Sopó, buscando un impacto positivo sobre la calidad del agua y la salud pública.
Entre las iniciativas de infraestructura que se destacan en este acuerdo, se encuentra la estación de bombeo de aguas residuales en Madrid y un innovador sistema de alcantarillado pluvial y sanitario en Subachoque. Estos desarrollos no solo prometen mejorar la vida de los residentes locales, sino que también pretenden reforzar la protección de los frágiles ecosistemas acuáticos de la región, promoviendo un entorno más saludable para Cundinamarca.
El gobernador Jorge Emilio Rey Ángel enfatizó la urgencia de enfrentar los desafíos del cambio climático que afectan la calidad del agua y la disponibilidad de recursos hídricos. En su declaración, agradeció a la CAR por su papel crucial en la financiación de estos proyectos y destacó que este acuerdo representa un paso estratégico hacia mejorar la conducción de aguas residuales y reducir la contaminación.
Además, el gobernador indicó la necesidad de avanzar hacia la autonomía hídrica del departamento mediante la realización de estudios hidrológicos para la perforación de pozos profundos y la reestructuración del acueducto regional de la Sabana. Estas acciones son vistas como esenciales para asegurar el suministro de agua en momentos de crisis climática.
Aspectos clave del convenio incluyen:
- Reducción de la contaminación en el río Bogotá, beneficiando directamente la calidad del agua.
- Salvaguarda de los ecosistemas acuáticos, lo cual es vital para la biodiversidad de la región.
- Fortalecimiento del sistema de alcantarillado para contrarrestar las amenazas del cambio climático, asegurando tanto la recolección eficiente de aguas lluvias como el suministro de agua en tiempos de sequía.
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