En la víspera de lo que será el quinto ciclo de diálogos para la paz, el panorama político y social se torna complejo ante las próximas conversaciones entre el Gobierno colombiano y el ELN en tierras mexicanas. José Félix Lafaurie, líder de Fedegán y miembro de la comitiva de negociación estatal, plantea una postura firme y una advertencia clara a este grupo armado clandestino, reflejando la aguda tensión que precede este nuevo intento de acercamiento.
Lafaurie, a través de su columna semanal, critica vehementemente la prolongada detención de los secuestrados por la guerrilla, evocando el caso resuelto de Luis Manuel Díaz, progenitor del célebre futbolista Luis Díaz. Insta al ELN a actuar con rapidez y humanidad para devolver a las actuales víctimas a la seguridad y al calor de sus hogares.
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La seriedad con la que Lafaurie aborda el tema es palpable, pues no solo se refiere a las víctimas de secuestro, sino que también sale al paso de los comentarios del senador y creador de contenido digital Jonathan Ferney Pulido Hernández, conocido como Jota Pe Hernández, hacia su cónyuge, María Fernanda Cabal. Ante lo cual, el presidente de Fedegán se solidariza con el senador Iván Cepeda y con toda la delegación negociadora, mostrando una unidad firme frente a la controversia suscitada.
La programación de estas negociaciones en México se ha visto interrumpida debido a diferencias internas en las filas del ELN y desacuerdos en cuanto a las condiciones impuestas por el Gobierno. Aún no hay claridad sobre el reinicio de las charlas, pero lo cierto es que la exigencia del Ejecutivo permanece inalterable: la liberación de los secuestrados es un requisito inexcusable para continuar con el proceso de paz.
Entre las demandas y la defensa de sus principios, Lafaurie también hace eco del clamor de tres mujeres, cuyos nombres no resuenan con la notoriedad de un personaje público, pero cuyo sufrimiento es igualmente real y digno de atención. Este punto recalca la necesidad de una política de seguridad inclusiva y justa que considere a todas las víctimas.
En el entorno de estas tensas preparaciones, Lafaurie especifica tres aspectos críticos que el ELN debería asumir: el rechazo a la mercantilización de la libertad, la necesidad de un robusto respaldo social al proceso de paz y el cumplimiento del cese al fuego bajo los términos del Derecho Internacional Humanitario.
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