Un caso que ha conmocionado a la comunidad de Envigado alcanzó un giro decisivo con la captura de Edinson Camilo Gómez Ruiz, conocido como “El Ungido”. Tras un meticuloso proceso de investigación, las autoridades desarticularon la red de manipulación y abuso que este hombre había tejido a lo largo de dos décadas, valiéndose de una secta religiosa como tapadera. Gómez Ruiz fue detenido por delitos de explotación laboral y sexual, acusaciones que se sustentan en un historial de violaciones y extorsiones a sus seguidoras.
La Policía Nacional, luego de recibir múltiples denuncias, confirma que durante años, este supuesto líder espiritual ejerció un control desmedido sobre sus víctimas, empleando amenazas, drogas y violencia con el pretexto de rituales religiosos. En dichos eventos, los participantes, cegados por la fe en prácticas esotéricas, presenciaban y, sin saberlo, contribuían a los crímenes de Gómez Ruiz. Fue durante uno de estos rituales que “El Ungido” cometió una de las más graves vejaciones, la violación de una adolescente en lo que él llamaba un "acto de liberación".
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El camino hacia la justicia comenzó en 2019, cuando una de las agraviadas, una joven de entonces 15 años, consiguió escapar y llevar su historia ante las autoridades. Su valiente denuncia destapó un patrón de sometimiento que incluía:
- Sumisión a través del consumo forzado de bebidas con efectos somníferos.
- Amenazas constantes con armas de fuego.
- Abusos sexuales reiterados, convirtiéndola en una esclava a merced de “El Ungido”.
Con el tiempo, otras mujeres se atrevieron a hablar, exponiendo un amplio espectro de manipulaciones. La secta operaba como una fachada para explotar económicamente a sus miembros, quienes eran seleccionadas meticulosamente por su solvencia financiera. Las víctimas financiaban lujos y viajes extravagantes mientras eran sometidas a intimidaciones y chantajes espirituales. Gómez Ruiz las convencía de su conexión directa con seres superiores, y las amenazaba con consecuencias fatales si no se sometían a sus demandas.
Además de la explotación sexual y económica, se evidenció que “El Ungido” obligaba a sus seguidoras a incurrir en endeudamientos para financiar procedimientos estéticos, alineados con sus deseos perniciosos. Esta red de abusos se extendía hasta la explotación laboral en una peluquería que servía como fuente de financiación para los lujos del capturado.
El caso de “El Ungido”, ahora en manos de la justicia, está sujeto a la ley penal que condena la trata de personas y el abuso sexual. Un juez de control de Garantías ha ordenado la prisión preventiva de Gómez Ruiz, mientras la comunidad de Envigado procesa la revelación de esta realidad oculta y avanza hacia la restauración del orden y la protección de sus ciudadanos. La red de engaños de "El Ungido" ha sido expuesta, y la ley ahora actúa para garant
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