*Elefantes blancos, Sumapaz. Varios de ellos, los que parecieran ser más costosos, se encuentran en Fusagasugá. Cientos de millones de pesos podrían esfumarse por cuenta de las obras inconclusas en la Región, al sur oriente de Cundinamarca.
*Informe Especial
El inventario de proyectos sin terminar reseña algunas propuestas de importante alcance social. Sin embargo, de momento y hasta donde se conoce, ninguna de las denominadas “ias” se han pronunciado de manera contundente sobre el particular.
Varios de esos frentes se encuentran en una lista elaborada por el concejal de Bogotá, Daniel Briceño. Fue él quien puso sobre la mesa el documento visual que le abrió paso al debate.
Las presenta como estructuras inconclusas, algunas de las cuales facilitaron pronunciamientos de los mandatarios quienes, de alguna manera, tuvieron que ver con sus ejecuciones.
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Además, ni la Contraloría General, ni la Procuraduría o Fiscalía, que se sepa, han entregado cuentas sobre potenciales investigaciones. Sí se supo que la Contraloría de Cundinamarca avanza en una evaluación.
Hoy, en concreto, solo se sabe que millonarios recursos de los contribuyentes se encuentran sepultados en obras que, en algún momento, alcanzaron a ilusionar a la población.
Elefantes blancos en el Sumapaz
*Las polémicas denuncias del concejal de Bogotá, Daniel Briceño (clic)
La lista incluye ejecutorias sin concluir en Granada, San Bernardo, Silvania, Arbeláez y otras poblaciones en donde el tema, literalmente, pasó al olvido. En el Sumapaz, los cálculos del citado concejal capitalino dicen que los dineros embolatados pueden encontrarse por el orden de los $19 mil millones.
Solo en Fusagasugá, según esta misma fuente y teniendo en cuenta las rectificaciones, las pérdidas, por este concepto, podrían alcanzar los $3 mil millones.
Para el caso de la conocida Ciudad Jardín se citan, principalmente, el Centro Cultural y el Parque de las Generaciones; hay más. El primero de ellos fue iniciado hacia el 2010 en terrenos aledaños a la Estación de Policía y la Terminal de Transporte, a un lado de la vía hacia Novillero.
Se supone que este debía ser un escenario de gran valor cuyo objetivo era el de despertar y estimular los valore artísticos de niños y jóvenes; debía suministrar alternativas que ayudaran a construir ciudadanos de bien; lejos de las pandillas y las drogas.
Las maquetas conocidas sobre este complejo alcanzaron a ilusionar a un municipio que ya comenzaba a tomar los visos perniciosos de una ciudad sin rumbo. Por esa razón era, y sigue siendo, un proyecto clave según los analistas.
Sede para la actividad artística
El Centro Cultural de Fusagasugá “fue una promesa de cambio para la vida cultural de la ciudad”. Se habló entonces de costos iniciales cercanos a los 720 millones de pesos. Su propósito era, y sigue siendo, el de poder materializar un espacio dedicado a cultivar las artes y todas las expresiones creativas en ese mismo campo, siempre mirando, preferencialmente, a niños y jóvenes.
Sin embargo, tras múltiples modificaciones y prórrogas, el proyecto quedó estancado. El primer tropiezo, como reflejo del terremoto de Armenia (21 de enero de 1.999), se evidenció comenzando la segunda década de este siglo. Sus secuelas, traducidas en normas, se sintieron de lleno 10 años más tarde.
Entonces, la construcción del CCF ya se encontraba en marcha; fue propuesta e iniciada por el alcaldede la época, Baudilio Páez, en el 2010. Su sucesor, Carlos Daza, tenía la misión de avanzar en la ejecución, pero chocó de frente con la famosa disposición sobre Sismo Resistencia (NSR-10).
La norma extremó las exigencias para las nuevas construcciones entre ellas el Centro Cultural de Fusagasugá. Las estructuras insipientes no cumplían con las demandas ya referenciadas. Ahí quedó paralizada la obra.
Así, el proyecto se enredó en medio de la maraña de trámites burocráticos ante diferentes entidades oficiales; ante los mismos despachos a los cuales debía acudir el municipio en busca de recursos. Sus costos, con el paso de los años, se incrementaron de manera importante.
Entonces, el municipio decidió acudir ante el Departamento de Prosperidad Social para alcanzar los dineros necesarios pero, en razón a los espesos y lentos procesos oficiales, no fue posible concretar la gestión.
En la actualidad, hace un par de meses, el alcalde William García entregó un pronunciamiento que puede regresarle vida al proyecto. Un pronunciamiento similar emprendió el entonces alcalde Luis Cifuentes, una tarea que tampoco prosperó.
Recientemente, durante la visita del ministro de Cultura a Fusagasugá, Juan David Correa Ulloa, se habló del tema según indicó el mandatario local. La charla ocurrió dentro del encuentro campesino preparatorio del COP 16 a finales de agosto pasado.
Justificó esa charla: “Es mi deseo como alcalde del municipio (…) ver la posibilidad de que este complejo cultural lo podamos culminar y ponerlo al servicio de la comunidad fusagasureña”. Comentó que el tema también ha sido ventilado a nivel de la Gobernación de Cundinamarca.
*En este enlace puede observar el video con declaraciones del alcalde William García (clic)
Trámites similares han sido ejecutados en el pasado, mandato tras mandato, ninguno de los cuales ha tenido el final esperado. En conclusión, esta continúa siendo una obra inconclusa cuyas inversiones caminan sobre el filo del precipicio.
Los escenarios deportivos
*En este enlace puede acceder a las declaraciones del exalcalde Jairo Hortúa (clic)
Otra propuesta incluida en la lista de “Elefantes Blancos” elaborada por el coadministrador capitalino Daniel Briceño, tiene que ver con la construcción de un polideportivo.
Se refiere al también conocido como Parque de las Generaciones proyectado en el barrio Villa Patricia, sector de la Pampa. Una publicación oficial de la Alcaldía dice que el proyecto, una cancha sintética y pista atlética, incluso levantada bajo normas FIFA, tiene un valor total de $10 mil millones.
Luego de la publicación del video del concejal bogotano, el alcalde promotor de esta unidad deportiva durante el período anterior, Jairo Hortúa se pronunció en tono severo.
“Sus afirmaciones son falsas y carecen de fundamento. Las obras de mi gobierno en Fusagasugá están respaldadas por hechos y transparencia; fueron ejecutadas, terminadas y liquidadas. Que sus proyectos políticos no nublen la verdad”, le respondió al concejal Briceño López.
A renglón seguido precisó que la primera etapa del proyecto ya fue ejecutada, y que la segunda parte se encuentra inscrita en agenda de la actual administración.
Entonces, quiere decir que esta obra se halla en plena ejecución y que, en consecuencia, aún no puede ser considerada como “Elefantes Blancos” en Fusagasugá de acuerdo a lo expuesto por Hortúa Villalba.
Granada y San Bernardo
Otras dos obras que figuran en la lista negra del referido dirigente capitalino son referenciadas en Granada y San Bernardo. El caso más delicado, o por lo menos el más ruidoso, fue delatado en la primera de esas poblaciones: Granada.
En efecto, el propio contralor de Cundinamarca, Carlos Augusto Wilches Vega, el pasado 10 de octubre, a las “10 y 43 minutos 46 segundos”, difundió en las páginas oficiales de la entidad un reporte sobre el particular. “Confirmado Elefante Blanco en Granada”, tituló el video sobre el particular.
Con nombre propio señala a la exalcaldesa, Ana Yolanda Arias Pérez (2.012 – 2.015), y a otra personas y entidades, como presuntos responsables del fracaso del proyecto de vivienda, Villa Paula de la Nueva Granada. El objetivo era construir 76 casas de interés social para favorecer a igual número de familias que requerían de ese tipo de soluciones. Se encuentran embolatados, virtualmente perdidos, $280 millones de la época.
Ella, la hoy exmandataria, en fallo de primera instancia, ya había sido destituida, e inhabilitada por 11 años, una decisión adoptada en diciembre del 2019, por la Procuraduría Nacional.
Dijo entonces el Ministerio Público que Arias Pérez, presuntamente, creó la Unión Temporal Villa Paula, a la cual le asignó el contrato del citado proyecto. Pero hay más; ella, con el 51% de las acciones, presuntamente, era la mayor accionista de ésta misma organización. En otras palabras, se “autoasignó” el contrato.
Lo más desconcertante de esta historia es que, con todo y esos elementos “seriamente comprometedores”, no hizo nada por entregar y finalizar el proyecto, muy a pesar de que su nombre se encontraba en medio de la tormenta. (Ver: Destituyen exalcaldesa de Granada, Cundinamarca)
La Contraloría y el Plan de Vivienda en Granada
*En este enlace puede acceder al pronunciamiento del contralor de Cundinamarca (clic)
Pues bien. Hace un mes y 7 días que el propio Wilches Vega, contralor de Cundinamarca, suministró la más reciente novedad. “Después de efectuarse el fallo en segunda instancia, la Contraloría (…) declaró responsabilidad fiscal en más de 280 millones de pesos a exalcaldesa y contratista”.
Hizo énfasis en un aspecto que le sube peso e la irregularidad. “El caso es aún más grave en un municipio de sexta categoría, cuyo presupuesto propio no supera los 28.600 millones de pesos”, resaltó.
Señala, a renglón seguido, que esta vez entra a “confirmar todas sus partes, en segunda instancia (ratifica) el fallo con responsabilidad fiscal”, en contra de la flamante exmandataria. La decisión alcanza a la “Fundación Danca Arbaro (FUNDAAR), por la pérdida de recursos invertidos en el contrato de obra pública No. 001 de 2012”.
Otro aspecto que le sube gravedad al asunto es que el proyecto adolecía de condiciones técnicas de construcción. Dice la Contraloría que pudo confirma importantes falencias en el plan. “… no se ajustaban a la realidad del terreno en el que se iban a construir las viviendas y conociendo que las obras urbanismo preexistentes no iban a permitir que las casas fueran totalmente funcionales”.
Significa que, en otras palabras, tarde o temprano, esas casas, lo más probable, se iban a “venir al piso”; se iba a derrumbar lo cual hubiese sido mucho más grave.
La lista puede ser “mucho más larga”. A lo largo de los últimos años algunas entidades de control han hecho referencia a posibles detrimentos en la ejecución de obras sin concluir. Hablan de San Bernardo, Arbeláez, Silvania y Pasca; sin embargo, no suministran datos sólidos que dejen notar la posibilidad de que existan posibles irregularidades.