En un giro inesperado dentro de la tranquilidad de Valledupar, la empleada doméstica Luz Enith Orozco Troya ha sido vinculada a un robo de proporciones cinematográficas en la residencia del ícono del vallenato, Silvestre Dangond. La casa del artista, conocida por ser un santuario de paz y creatividad, fue el escenario de un robo que supera la sorprendente cifra de 900 millones de pesos colombianos, relacionados con la venta de entradas de un concierto.
La historia dio un vuelco cuando las cámaras de seguridad del domicilio captaron imágenes críticas para el desarrollo de la investigación. En un análisis meticuloso de los videos, se presentó como prueba determinante el momento en que Orozco Troya facilitó el acceso a individuos no autorizados por Dangond o su familia. Los hechos, ocurridos el 14 de noviembre, desencadenaron en la desaparición de 220 millones de pesos, y posteriormente, el 18 de noviembre, el hurto ascendió con la sumisión de 890 millones adicionales.
Dentro de la secuencia grabada, es notable la cautela de dos figuras esquivando sensores de movimiento, una de las cuales fue señalada por la Fiscalía como la empleada de servicio doméstico. Gilberto de la Hoz, fiscal del caso, enfatizó durante la audiencia el reconocimiento videográfico efectuado por la víctima y la identificación plena de Orozco Troya, seguida en las imágenes por quien se reconoce como su hija.
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Ante la reverberación del caso, Silvestre Dangond se pronunció abiertamente, declarando la ruptura de su confianza al descubrir la intrusión en su hogar, un espacio que consideraba seguro hasta el momento del incidente. A pesar de que los registros visuales parecen comprometedores, la presunta responsable se ha mantenido firme en su defensa, negando los cargos de hurto impuestos. Su abogado, Jefferson Camaño, disputó durante la audiencia, mencionando que los objetos retirados de la vivienda correspondían a perfumes y no a la suma de dinero reportada.
La jueza de control de garantías, ponderando el material probatorio y las circunstancias expuestas, ha dictaminado el envío de Orozco Troya a prisión mientras avanza el proceso. Este hecho ha sacudido la comunidad, recordando que, detrás de las fachadas más distinguidas, pueden ocultarse historias que rozan lo inimaginable. Sin duda, el desenlace de este caso estará bajo la lupa tanto de los admiradores del cantante como de una audiencia ávida de justicia y claridad. La investigación continúa, y con ella, la expectativa de desentrañar completamente este enigma judicial.
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