En el Centro de Bienestar del Adulto Mayor (CBA) San José de Facatativá, la agricultura ha emergido como una herramienta terapéutica clave, especialmente a través del ejemplo inspirador de Jesús María Arévalo Urquijo, de 85 años. Este adulto mayor ha encontrado en el cultivo de la tierra no solo una forma de proveerse alimentos, sino un medio para revivir su pasado y revitalizar su energía.
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En su huerta personal, Jesús cultiva una variedad de productos como maíz, arveja, uchuvas, cilantro, hierbabuena, sábila y ruda. Estos cultivos no solo abastecen a Jesús, sino que benefician a todos los residentes del centro, promoviendo el consumo de alimentos frescos y saludables.
La conexión emocional de Jesús con la tierra le permite recordar su juventud en Sasaima, donde fue agricultor. Este vínculo no solo le proporciona alimento físico, sino también una nutrición para el alma, fortaleciendo su identidad y sentido de propósito.
Marcela Barreto, fisioterapeuta del CBA, ha observado cómo la horticultura actúa como un potente complemento terapéutico. Según ella, las actividades en la huerta ejercitan múltiples capacidades de Jesús, tales como:
- Áreas productivas, cognitivas y motoras.
- Desarrollo cognitivo y memoria.
- Concentración y resolución de problemas.
- Prácticas motoras finas.
Cada seis meses, la cosecha de la huerta es testimonio de la dedicación de Jesús y de los beneficios que la agricultura ofrece como terapia, evidenciando mejoras en la calidad de vida de los participantes.
Este enfoque alternativo, orientado a la integración de disciplinas y la promoción del bienestar integral, se refleja en el creciente interés por la agricultura como una práctica terapéutica.
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