El Parque de la Sal en Zipaquirá, departamento de Cundinamarca, se transformó en el escenario ideal para la Quinta Feria Canina, un evento organizado por la Catedral de Sal. Este encuentro no solo fue una oportunidad para que las familias disfrutaran junto a sus mascotas, sino que también se enfocó en extender una mano amiga a aquellos animales en situación de vulnerabilidad.
En respuesta a este llamado solidario, más de 300 perros y gatos en condiciones precarias recibieron ayuda tangible gracias a las generosas donaciones de los asistentes. Durante la jornada, se logró recolectar más de una tonelada de recursos distribuidos entre las fundaciones ADAZ, Bulls Colombia, Clan Pata y Narices y Huellas. Estos recursos incluyeron una variada gama de artículos esenciales como alimentos, cobijas, kits de aseo, casas, camas, desparasitantes y mallas.
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El evento no solo promovió la asistencia material, sino que también se centró en la importancia del bienestar animal. La comunidad se involucró activamente, participando en diversas actividades recreativas y educativas que destacaron la importancia del vínculo humano-animal. Esta interacción no solo fortaleció las relaciones, sino que también sensibilizó a los participantes sobre la situación de los animales en necesidad.
Turismo con la feria canina
La Catedral de Sal, a través de este evento, continúa demostrando su compromiso con el turismo sostenible y las iniciativas sociales que contribuyen significativamente al bienestar de la región. La feria se convirtió en un día lleno de alegría para las familias y, al mismo tiempo, un apoyo crucial para los animales rescatados en Zipaquirá.
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Para aquellos interesados en prolongar el impacto del evento, las fundaciones mencionadas ofrecen la oportunidad de donar directamente, permitiendo que más animales puedan beneficiarse de la ayuda necesaria para mejorar sus condiciones de vida.
En conclusión, el evento en Zipaquirá es un testimonio del poder de la colaboración comunitaria para producir cambios positivos. La participación conjunta de ciudadanos y organizaciones ha demostrado que, a través del esfuerzo colectivo, es posible crear un entorno más compasivo para los animales en la región.
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El trabajo en equipo sigue siendo un pilar esencial en Zipaquirá, y se mantiene la invitación abierta para que más personas se unan a estos esfuerzos, demostrando que con pequeñas acciones se pueden generar grandes cambios.