El comienzo de diciembre en Colombia ha estado marcado por un incremento preocupante en el número de lesiones relacionadas con el manejo de pólvora, con un registro de 27 personas afectadas en los primeros dos días del mes. Este aumento representa un 12% más en comparación con el mismo periodo del año anterior, según el Instituto Nacional de Salud (INS).
Particularmente alarmante es el hecho de que de estos 27 casos, nueve son menores de edad. Esta frecuencia de lesiones en niños y adolescentes ha sido un llamado de atención para las autoridades sanitarias colombianas. Los departamentos de Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca han sido los más afectados.
Durante la temporada anterior de vigilancia intensificada que cubre los meses de diciembre y enero, un total de 1.153 colombianos resultaron lesionados por pólvora, lo que supuso una disminución marginal del 1,71% frente al periodo previo. Las cifras desglosadas muestran que de este total, 357 eran menores de edad.
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Adicionalmente, se han reportado consecuencias de otras prácticas riesgosas asociadas a las celebraciones, como la intoxicación por licor adulterado con metanol, que ha resultado en 54 casos y 41 fallecimientos, revelando una tasa de letalidad superior al 70%. Por otro lado, se han reportado tres menores intoxicados por fósforo blanco, aunque afortunadamente no se han registrado decesos por esta causa.
Los datos geográficos muestran que siete departamentos, liderados por Nariño, representan el 57% de los casos de lesiones por pólvora, lo cual corresponde a 663 individuos lesionados. La tradición del uso de pólvora en estas regiones es un factor importante en estas estadísticas.
Una lista detallada de los artefactos pirotécnicos involucrados en las lesiones revela que los ‘totes’, con un 29%, están a la cabeza, seguidos por voladores y cohetes. Las lesiones más comunes derivadas de la manipulación de pólvora incluyen quemaduras en un 92% de los casos, laceraciones en un 64,3%, y daños más graves como amputaciones, pérdida auditiva y ocular en menor medida.
Guillermo Alfonso Jaramillo, ministro de Salud y Protección Social, no solo expresó su preocupación por el aumento de casos, sino que también instó a fortalecer las medidas de control e inspección, enfatizando en la necesidad de un consumo responsable de alcohol durante las celebraciones. Igualmente, pidió encarecidamente a los adultos que protejan a los menores de los peligros de la pólvora y del licor adulterado.
Por su parte, Giovanny Rubiano García, director general del INS, hizo hincapié en la responsabilidad durante las festividades y solicitó a las entidades territoriales incrementar la vigilancia. Además, subrayó la relevancia de reportar los incidentes al SIVIGILA para que las autoridades puedan tomar acciones concretas y ofrecer la atención y protección necesaria tanto a menores como a adultos lesionados por el uso de pólvora.
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