El escenario del campeonato de boxeo se encontraba vacío. El bullicio que horas antes había sido ensordecedor, se había disipado por completo. En las gradas, que anteriormente estaban colmadas de espectadores, apenas quedaban unas pocas personas. Entre ellas, se encontraban los familiares de Miguel Ángel Trejos, quienes aún se lamentaban por la injusticia de su derrota: "Le robaron la pelea por darle el oro al estadounidense".
A pesar del silencio presente en el recinto, las voces de los allegados de Trejos resonaban con indignación. El joven pugilista había sido víctima de un robo descarado por parte de los jueces, quienes, a su criterio, le otorgaron de manera injusta la victoria al estadounidense.
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