La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) está implementando un programa piloto revolucionario en la finca Andorra, ubicada en el municipio de Jerusalén. Este innovador ensayo utiliza contenedores elaborados con fibras naturales y biodegradables para la producción de material vegetal en vivero. La iniciativa busca ofrecer una alternativa sostenible a las bolsas plásticas, empleadas comúnmente en la siembra de semillas y plantación de árboles y arbustos.
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El proyecto de la CAR incorpora una metodología aplicada desde hace décadas en Estados Unidos y Europa, basada en el uso de pequeños cilindros conocidos como pellets. Estos pellets están hechos de fibras naturales y recubiertos con una malla biodegradable a base de maíz. Este recubrimiento, con paredes abiertas, permite la siembra directa de semillas o plántulas, facilitando su desarrollo sin necesidad de bolsas plásticas.
El ensayo se lleva a cabo en un ecosistema de bosque seco tropical, administrado por la CAR en comodato, con el objetivo de promover acciones innovadoras de propagación de especies destinadas a la restauración ecológica. Actualmente, solo un 5% de este ecosistema estratégico se conserva en Colombia, lo que destaca la importancia de este proyecto piloto para la biodiversidad.
Características de los pellets:
- Peso: aproximadamente 39 gramos.
- Sustrato: al hidratarse, puede absorber hasta siete veces su peso en agua.
- Función: permite el crecimiento saludable de árboles, arbustos y otras especies vegetales.
La ingeniera forestal de la CAR, Luz Nidia Díaz, resaltó la importancia del proyecto al afirmar: “Avanzamos en la generación de conocimiento sobre mecanismos de propagación de especies aptas para la restauración del bosque seco tropical y lo hacemos en Jerusalén, un municipio ecosostenible que se ha convertido en un aula abierta para programas de educación ambiental y ciencia participativa”.
El contexto global subraya la relevancia de esta iniciativa. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), desde mediados del siglo XX se han producido cerca de 9.200 millones de toneladas de plástico, de las cuales 7.000 millones han terminado en basureros, cuerpos de agua y océanos. Además, el plástico puede tardar más de 600 años en degradarse, lo que agrava el problema de contaminación ambiental.
Dentro del nuevo Plan de Acción Cuatrienal (PAC) 2024-2027 de la CAR, se han priorizado proyectos con enfoques de desarrollo económico circular. Este plan busca la reducción, reciclaje y reutilización de productos dentro de las cadenas de valor, reintegrándolos al ciclo productivo. Adicionalmente, el plan incluye la promoción de soluciones basadas en la naturaleza y el uso de tecnologías innovadoras.
El proyecto en Jerusalén no solo representa un avance significativo en la eliminación de plásticos, sino que también posiciona al municipio como un referente en educación ambiental y sostenibilidad. Este ensayo innovador podría convertirse en un modelo replicable en otras regiones del país y del mundo, contribuyendo a la conservación de ecosistemas y la reducción de residuos plásticos.
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