En el vasto mosaico social de Colombia, el futuro se esboza en las voces y perspectivas de sus jóvenes, quienes han compartido sus visiones y vivencias en la encuesta "Voces Resilientes: juventudes, realidades y territorios". Esta detallada radiografía abarca la situación actual de más de 5.460 jóvenes de nueve regiones y 30 municipios del país, destacando tanto la diversidad como los desafíos inherentes a su cotidianidad.
Impulsados por el programa Jóvenes Resilientes de Usaid y Acdi/Voca junto con el Observatorio Javeriano de Juventud, el estudio penetra en las múltiples facetas de la vida juvenil. Desde el trabajo y la educación hasta la salud mental y el medio ambiente, pasando por el uso del tiempo libre y la construcción de paz, los temas tratados conforman un inventario de inquietudes y oportunidades.
Los resultados reflejan un complejo entramado de realidades. Por un lado, se identifica un espíritu de determinación y capacidad de liderazgo: un 76% se aferra a la esperanza de un futuro promisorio, mientras que un sobresaliente 89% se siente a gusto viviendo en Colombia. La resiliencia y el optimismo son palpables, con un 92% de los participantes afirmando su habilidad para hacer planes futuristas y un 88% asumiendo sus responsabilidades con convicción.
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En la esfera de las relaciones sociales, más del 80% de los jóvenes se manifiesta satisfecho con sus lazos familiares y amistosos. Además, la valoración de sus condiciones laborales resulta ser mayormente positiva, incluso en las zonas más desfavorecidas. No obstante, cabe destacar una propensión emprendedora, motivada quizás por la falta de oportunidades laborales adaptadas a su formación, con cerca del 60% expresando interés en iniciar negocios propios y un 6% emprendiendo por necesidad.
La salud mental es otro de los tópicos que emerge con preocupante relevancia; a pesar de que un 79,6% reporta sentirse bien, la ansiedad, depresión y pensamientos suicidas merodean a una proporción significativa de la juventud. Un dato alarmante es que menos de la mitad de aquellos que enfrentan estas dificultades busca ayuda, ante el temor a la estigmatización y la falta de confianza en los demás.
Los desafíos medioambientales, en particular para la población indígena joven, también se hacen presentes, siendo la contaminación del agua y la deforestación algunas de sus principales preocupaciones. Además, la desconfianza en las instituciones públicas es generalizada, con solo un 17% de los jóvenes expresando confianza en las mismas.
La encuesta además revela una alarmante persistencia en la desigualdad de ingresos, con la mayoría de las mujeres y jóvenes de comunidades negras, afros y palenqueras ganando menos del salario mínimo mensual. La discriminación, especialmente basada en la apariencia física y experiencias previas de victimización, sigue siendo un asunto crítico.
La participación ciudadana figura como un aspecto deficiente, evidenciada por el amplio desconocimiento sobre los Consejos y Plataformas Municipales de Juventud. Finalmente, el problema ambiental más acuciante para los jóvenes de estratos bajos es la mala gestión de residuos, superando ampliamente al resto de grupos socioeconómicos en su preocupación.
Esta amplia encuesta, "Voces Resilientes", va más allá de la simple acumulación de datos para convertirse en una herramienta vital al servicio del cambio social, brindando un espejo donde se reflejan tanto las ilusiones como los obstáculos de la juventud colombiana. Sin duda, el análisis de estos resultados es un paso hacia políticas más efectivas y ajustadas a las reales aspiraciones de las nuevas generaciones.
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