En una acción conjunta sin precedentes, autoridades locales, líderes comunitarios y representantes de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) unieron esfuerzos en una inspección técnica crucial para abordar los problemas derivados del río Apulo en el municipio de La Mesa. Bajo el liderazgo de Alfred Ignacio Ballesteros, director de la CAR, esta iniciativa buscó identificar áreas críticas del río y las preocupaciones de los habitantes, impulsando un plan de acción inmediato.
Le puede interesar: Acuerdos para la Protección de Páramos en la Región Central de la Cordillera Oriental
Acompañados por los alcaldes de La Mesa, Marcela Londoño, y de Anapoima, Camilo Andrés Ferro, el equipo de la CAR exploró varios sectores el pasado viernes 4 de octubre. Esta evaluación fue clave para determinar la efectividad de las obras de la fase inicial concluidas en 2023, y establecer prioridades para soluciones a largo plazo que mitiguen crecientes y desbordamientos.
Ballesteros subrayó la urgencia de frenar la erosión de las riberas del río que pone en peligro a las comunidades y la infraestructura en los sectores más expuestos. El foco está en intervenciones específicas como la eliminación de sedimentos y la construcción de diques, siempre en concertación con los residentes locales y expertos técnicos, para asegurar respuestas eficientes en puntos críticos previamente identificados.
Dentro de las alternativas consideradas, se incluye la utilización de maquinaria disponible, complementada con equipos municipales mediante acuerdos de colaboración. La siguiente fase tiene prevista la implementación de plantaciones en las zonas de ronda del río, con una inversión significativa de mil millones de pesos por municipio, gestionada junto con las juntas de acción comunal y usuarios de acueductos, para fomentar la reforestación y recuperación ambiental.
Parte del compromiso incluye un trabajo conjunto con Naciones Unidas, que se materializará en la asignación de $120 millones de pesos a cada junta de acción comunal para restaurar áreas afectadas. Estos recursos serán complementados mediante convenios adicionales con las administraciones locales para maximizar los resultados del proceso.
Adicionalmente, Ballesteros explicó que el avance a la fase 2 del proyecto está sujeto a una reunión de trabajo con los contratistas involucrados, para evaluar el progreso alcanzado y ajustar decisiones de gestiones previas de la CAR.
“La construcción de soluciones será una labor colaborativa y participativa con las comunidades, siempre respetando directrices técnicas y legales”, afirmó Ballesteros, enfatizando que no se impondrán iniciativas de manera unilateral.
En un llamado a la acción responsable, el director de la CAR exhortó a planificar el desarrollo territorial bajo principios de sostenibilidad, evitando construcciones habitacionales en las áreas de influencia del río. Además, solicitó al contratista reintegrar el material rocoso al cauce, como parte de las estrategias para mitigar futuros impactos.
Le recomendamos leer: Embalses de Cundinamarca enfrentan desafíos hídricos persistentes
