En un contexto de dificultades económicas marcado por una inflación persistente, la ciudadanía colombiana enfrenta una nueva encrucijada: los crecientes precios del combustible. El galón de gasolina corriente en Colombia ha alcanzado cifras inéditas, con un precio promedio nacional que ascendió a $14.564 tras un incremento de $600 en octubre. Esta situación se agrava al considerar que en algunas ciudades ya se supera este valor, lo que intensifica el debate sobre el costo de vida y la presión financiera en los hogares y sectores productivos del país.
Las subidas de precio, al margen de su impacto directo, también han tenido efectos colaterales en la inflación. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) indica que estos incrementos frenan las expectativas de una reducción inflacionaria en el corto plazo. Con el objetivo de mitigar estas presiones, en el Congreso de la República se ha presentado una iniciativa legislativa que busca eximir ciertos impuestos del precio de la gasolina, buscando así un alivio económico para los ciudadanos.
El proponente de esta medida es el representante a la Cámara, Wadith Manzur, del Partido Conservador. Su planteamiento, suscitado el 21 de noviembre, tiene como finalidad atenuar la carga que pesa sobre la población debido al costo ascendente del combustible, en particular de la gasolina y el diésel.
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Según Manzur, el proyecto de ley aspira a eliminar múltiples cargas impositivas que actualmente gravan el combustible. Detallando la estructura tributaria, menciona cinco impuestos particulares que inciden en el precio de la gasolina: un impuesto nacional, sobretasas municipales y departamentales, un impuesto al carbono, más un IVA general y otro aplicado a los distribuidores. La eliminación del impuesto nacional y ambos IVAs, que en conjunto suman cerca de $1.100, podría traducirse en un desahogo aproximado del 9% en el precio final al consumidor.
El representante subrayó que, aunque esta acción supondría una reducción significativa en el precio de la gasolina, se mantendrían intactos los impuestos a nivel territorial. Similar propuesta se extiende al diésel, donde la suma de impuestos nacionales, IVA y al carbono, al igual que el IVA al distribuidor, alcanzan los $1,056 por galón, representando un 11,3% del precio al usuario final.
El proyecto de ley, respaldado por el Partido Conservador, no solo busca amortiguar la carga impositiva, sino también brindar un modesto respiro ante el marcado incremento en el precio de la gasolina, procurando disminuir el valor en al menos $100.
Manzur argumenta que el Gobierno debería dar viabilidad a la propuesta, que conlleva un impacto fiscal de $5 billones, una cifra que, a su juicio, resulta menor ante los constantes aumentos del precio de la gasolina y, por consiguiente, no perjudicaría significativamente el fisco colombiano.
En una reflexión de cierre, el congresista remarcó que el acceso a combustible asequible no es un lujo reservado a los más acomodados; es una necesidad transversal que afecta a todos los estratos sociales en Colombia.
Orlando Santiago, gerente de Fénix Valor, aportó su visión técnica desglosando la situación del combustible en el país y por qué Colombia ostenta uno de los precios de gasolina corriente más elevados a nivel global. Según los datos expuestos por Santiago, mientras que en el mercado internacional el litro de gasolina se cotiza en promedio a USD1,35, equivalente a $5.845, en Colombia el galón asciende a USD5,11 o $22.278.
La comparativa entre los ingresos mínimos en Estados Unidos y Colombia también es reveladora. Un estadounidense dedica cerca del 6,1% de su salario a la compra de 15 galones de gasolina, mientras que un colombiano destina aproximadamente el 20% de su sueldo a la misma cantidad, lo que deja en evidencia una disparidad de 227% en la carga económica en relación con los ingresos salariales, intensificando el debate sobre la viabilidad y justicia de los precios actuales del combustible y su impacto en la calidad de vida de los colombianos.
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